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Domènech Riera ya vuelve a ejercer como presidente del Comité Balear de Arbitros. Un puñado de horas después de presentar su renuncia como máximo responsable del colectivo arbitral, Borrás le ha devuelto al cargo con una drástica medida: abrir expediente a los colegiados Guerrero Maria y Armenta Fernández y trasladarlo al Comité de Disciplina. Domènech reclamaba el apoyo de la Federación y lo ha encontrado. Borrás del Barrio ha rechazado su dimisión y le ha instado a que recupere la normalidad al mismo tiempo que se estudian las medidas a tomar contra los dos trencillas de la oposición.

«Estos dos árbitros quieren desestabilizar el Comité», aseguraba el máximo dirigente de la FBF. Borrás echaba la mirada atrás y relataba que «tuve una reunión el miércoles con los árbitros, una toma de contacto. Allí detecté que los colegiados que están en contra de Domènech son una minoría, a pesar de que Armenta y Guerrero aseguran que les apoya mucha gente. Tras la reunión hubo una serie de manifestaciones que derivaron en la renuncia de Domènech, que está harto de que se le falte al respeto. Es un hombre que trabaja mucho en beneficio del fútbol balear, que no cobra y que no tiene porqué aguantar este tipo de cosas», agregaba Borrás.

El presidente de la Federación confirmaba que se «reabrirá» el expediente de Guerrero y Armenta y se enviará al Comité de Disciplina: «Tengo una carta de la RFEF en la que explica que las competencias en el Comité pertenecen a las territoriales por lo que la secretaría general reabrirá el expediente y la Federación lo enviará a Disciplina. Luego este Comité actuará según las reglas que tenga tificadas y puede sancionar de acuerdo con estas normas», explicaba Borrás.

La dimisión de Domènech generaba una cascada de renuncias, ya que los delegados de Menorca e Eivissa y algunos directivos del Comité iban a abandonar el cargo. Borrás aseguraba que «no era lógico que existiera un vacío de poder en el colectivo arbitral y creo que lo mejor para todos es la continuidad de Domènech, teniendo en cuenta que sólo una minoría está en su contra», concluía.