Los últimos cuatro envites que afrontan Drac Inca y Menorca Bàsquet
son antagónicos en forma y contenido. Mientras los de José Luis
Abós se estrellan con un calendario duro "viajan a Manresa y
cierran el curso en Murcia" el grupo de Quino Salvo tiene dos
plácidos partidos en su pista "el primero ante el colista y el
último ante el Ferrol" en una despedida de curso algo más blanda.
Eso dispara las expectativas del gran clásico del baloncesto
balear. Un triunfo inquense allanaría el camino y permitiría a los
mallorquines mirar hacia arriba, en busca de la cuarta posición;
una victoria menorquina les dejaría a las puertas del play-off.
El partido es decisivo. El Drac Inca quiere asaltar la plaza que
ocupa el Granada, pero un revés le acercaría al precipicio. El
posterior viaje a Manresa se antoja complicado y, tras recibir al
Melilla, el equipo balear puede jugarse el futuro ante el Murcia,
uno de esos conjuntos que transita por la zona templada y que
progresa de forma ilimitada en busca de un hueco en el segundo
ciclo. Un triunfo le permitiría plantearse un objetivo distinto:
ganar el factor pista.
Quino Salvo ha sacado la calculadora y asegura que con dos
triunfos acceden a la fase final. Confía el gallego en los dos
partidos en Maó "Badajoz y Ferrol cierran la tabla" y un triunfo en
Inca le puede impulsar por encima de los mallorquines "deben ganar
por más de cuatro puntos para conquistar el average" y asegurarse
el ingreso entre la elite de la Liga. El Palau d'Esports dictará
sentencia y mostrará el camino a seguir. Un triunfo separa a ambos
equipos en la tabla clasificatoria y éste será el clásico del
equilibrio, de las urgencias.
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