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Falaguer acaparó ayer todo el protagonismo. Forever estaba llamado a ser el actor principal de la cita más importante del calendario mallorquín, pero no se cumplieron los pronósticos y no pudo sumar su décima victoria en Son Pardo, un hipódromo que presentó su mejor cara. La diada hípica respondió a las expectativas. El público también respondió y se calcula que más de diez mil personas acudieron ayer a Son Pardo para presenciar las carreras. El trote es un deporte que goza de buena salud. Personas de todas las edades acudieron al hipódromo plamesano y los extranjeros comienzan también a interesarse por «el deporte nacional».

Forever fue la excusa para que alemanes se trasladaran desde Artà para conocer un nuevo deporte. Fue la nota de colorido para una grada que habla en mallorquín y que no está preocupada por el relevo generacional. Son Pardo también recibe la visita de mucha gente joven. Alrededor de cinco millones de pesetas se apostaron en el Gran Premi Nacional. Las taquillas tuvieron movimiento durante toda la jornada y los camareros se enfrentaron al día de más trabajo.

El hipódromo Son Pardo presentó su mejor imagen. Las reformas de los últimos meses han dado un nuevo aire a la instalación palmesana. Una escultura del escudo del Consell Insular de Mallorca en el centro de la pista aleja el fantasma de la privatización y hacen público el compromiso de la institución mallorquina con el trote. Los aficionados disfrutaron de la más amplia información sobre el Gran Premio Nacional con el suplemento de Ultima Hora y Diari de Balears que se entregó gratuitamente en el hipódromo Son Pardo.