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Los aficionados valencianistas afincados en Mallorca celebraron el título conseguido en Milán. La Peña Valencianista Gálvez y el Club Ciclista La Vileta prepararon sendas fiestas en las que se congregaron alrededor de doscientas cincuenta personas. En ambos establecimientos el partido fue una fiesta. Mallorca tenía ayer el corazón dividido. Muchos guardan un grato recuerdo de Héctor Cúper y sienten cierto cariño por el Valencia, pero el triunfo del conjunto valencianista no beneficiaba al Real Mallorca. Los que no vacilaron en sus sentimientos fueron los valencianistas. Gastaron sus gargantas animando a Mendieta y compañía y celebraron el primer título de Champions League del Valencia.

Los petardos avisaban del comienzo del partido. Noventa intensos minutos aguardaban a unos aficionados que no querían poner papel de calco a la final del pasado curso. Y en dos minutos los seguidores valencianistas entendieron que el guión era distinto. Una jugada de Carew que finalizó en gol de penalti de Mendieta disparaba las esperanzas de los aficionados valencianistas en Mallorca. El tanto del capitán che se celebró con gritos y petardos. La final no había hecho más que comenzar y el Valencia estaba haciendo historia. Minutos después Angloma cometía penalti, pero Cañizares iba a robarle parte del protagonismo a Mendieta. El portero detuvo el lanzamiento de la pena máxima a Scholl y los valencianistas veían como la fortuna no les iba a dar la espalda.

Pero la suerte hacía un quiebro. Los aficionados lamentaron el segundo penalti señalado por el árbitro en su contra. Effenberg no falló y los seguidores sufrían hasta el final del encuentro. En la Peña Valencianista Gálvez esperaban la llegada de los penaltis, ya que el Bayern dominaba. El fallo de Paulo Sergio y el gol de Mendieta dispararon las esperanzas de los aficionados valencianistas en Mallorca. Doce penaltis después el Bayern celebraba el título y Mallorca lloraba.