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La final de la ACB 2000-2001 ha llegado al Pabellón Raimundo Saporta a medio camino entre un posible récord del Barcelona, invicto en series por el título, en las que ha cosechado ocho victorias en otros tantos encuentros, y la confianza ciega que el Real Madrid tiene en la remontada. Todo señala como campeón al conjunto azulgrana. La estadística revela el dominio que los jugadores barcelonistas han impuesto hasta ahora en el plano individual. La historia proclama que, desde la temporada 83-84, cuando se implantó el sistema de eliminatorias, ningún equipo ha sido capaz de remontar un 2-0. Sin embargo, ni el liderazgo numérico ejercido por el equipo de García Reneses -sus hombres encabezan quince de los diecisiete apartados de la estadística de la ACB-, ni los precedentes de las anteriores finales han podido con la ambición del campeón.

El vestuario madridista aún cree en el milagro y, tal y como se han vendido las entradas para este tercer choque (21.00 horas; C+), agotadas en una hora y media, sus aficionados también. Pero la esperanza del Real Madrid choca con los antecedentes: en las nueve ocasiones que la final ha comenzado con un resultado de 2-0 siempre se ha producido el mismo desenlace. En las tres últimas, además, con un 3-0.

El Barcelona ha sido protagonista de estas situaciones, ya que ha gozado de dos victorias de ventaja en cinco ocasiones. En tres de ellas ha resuelto la eliminatoria en el tercer choque, en otra, ante el Joventut, por 3-1 y en la restante, precisamente ante el Real Madrid, cedió el empate y tuvo que resolver en el quinto choque.

Esta temporada, el Real Madrid y el Barcelona han demostrado que son superiores a las restantes plantillas de la Liga. Por eso han vuelto a encontrarse en la final y, hace tres meses, en marzo, se jugaron la Copa del Rey mano a mano en Málaga. Sin embargo, entre ellos existe una diferencia real que es fácilmente constatable mediante datos objetivos y que sitúa al Barça un escalón por encima.