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Los incidentes acaecidos en el túnel de vestuarios marcaron los minutos que siguieron al pitido final. El caos se apoderó de la zona y el que peor parado salió fue el segundo entrenador del Real Mallorca, Damià Amer. El de sa Pobla recibió un fuerte codazo en la cara por parte del ex jugador del Cádiz Igor Stimac. Ahí no queda la cosa, sino que además, el croata también agredió al capitán rojillo, Javier Olaizola. Otro que también sufrió en sus carnes fue Carlos Domínguez, que restó importancia a los hechos. «Las cosas, por fortuna, no han llegado a más. Lo que cuenta es lo que queda en el terreno de juego», señaló el sevillano.

Amer, tendido en el suelo, tuvo que ser asistido por el ATS del Mallorca, Joan Antoni Martorell, al que tampoco le dejaron trabajar con facilidad. Stimac, un poco más en frío, exclamó que lo que le molestaba era «que el Mallorca había venido de una forma muy mala, no saben perder y si lo hacen, tienen que estar tranquilos». El jugador afirmó haber respondido de esa forma «a unos insultos muy graves».

Por si las agresiones fueran poco, el responsable de prensa del Real Mallorca, Joan Frontera se encaró con miembros de la autoridad pública y personal del club ante las dificultades y el nerviosismo existente. De hecho, se prohibió el acceso a los medios mallorquines a la sala de prensa, dificultando más si cabe la labor informativa. Javier Olaizola volvió a ser claro y contundente a la hora de hablar de los incidentes acaecidos. El defensa acusó a «cuatro matones» de las agresiones sufridas por él mismo, su compañero Carlos Domínguez y el segundo entrenador Damiá Amer en el túnel de vestuarios del Poljud Stadium al finalizar el partido que ganó el Hajduk por la mínima.

«Fueron cuatro matones que pegaron puñetazos a todo el mundo; es inconcebible que en un partido de la Liga de Campeones ocurran incidentes como éste», dijo el defensa vasco. La expedición mallorquiinsta anunció que iba a protestar de forma oficial ante la UEFA por las agresiones registradas en el túnel de vestuarios, que calificaron de «auténtica encerrona», más teniendo en cuenta que se está a las puertas de la máxima competición.