La noche y madrugada del miércoles fue de esas que mejor olvidar.
Al margen del resultado, que fue lo peor, el Mallorca tuvo que
jugar en un infierno, aunque fue menos de lo esperado. Por si acaso
las medidas de seguridad fueron extraordinarias y había más de 500
policías que guardaron en todo momento que no se produjeran actos
violentos.
Por otra parte los directivos del club balear fueron colocados
en un palco junto a los aficionados del Panathinaikos y de ahí las
caras de circunstancias de los ejecutivos del club en la imagen
superior. La gota que colmó el vaso fue el hecho de llegar a Palma
pasadas las cinco de la madrugada. El sueño y cansancio se
apoderaron de toda la expedición mallorquina que llegó rota al
aeropuerto de Son Sant Joan.
Tres horas de viaje, habiendo perdido, se llevan muy mal y el
Mallorca irrumpió en unas instalaciones que a esa hora se
encontraban total y absolutamente huérfanas de pasajeros. El querer
regresar después del partido tiene sus ventajas pero también sus
inconvenientes ya que cuando hay que cubrir una distancia larga el
regreso se hace interminable, como sucedió en la madrugada del
miércoles al jueves.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.