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Con los colegiados bajo sospecha y al filo del precipicio, Drac Inca afronta (21 horas) el duelo de las urgencias ante un Rosalía de Castro que se juega la vida. Ambos equipos han elevado su queja por los pésimos arbitrajes sufridos en este movido inicio de competición, pero la herida se agranda con la designación de Garmendia y Bardají. Da la casualidad de que una decisión del primero llevó a los santiagueses a jugar un quinto encuentro en el play-off de descenso del pasado curso ante el Círculo Badajoz, por lo que su labor será seguida muy de cerca por el cuadro ahora dirigido por Pep Clarós.

Los gallegos, que cierran la clasificación conjuntamente con Sondeos del Norte, sin conocer a estas alturas el sabor de la victoria. Clarós ha debido prescindir de Alex Blackwell. Uno de los americanos de mayor solvencia en la LEB ha dejado su sitio a Eric Kudel. Pero esta no es la única contingencia que azota al Rosalía de Castro. Valentín Holgado no está al cien por cien, Aitor Seoane es baja por lesión, Lisard González arrastra problemas físicos y Koke Rama ha entrenado a un ritmo más suave para aligerar las molestias que padece.

Pero no sólo la enfermería del Rosalía está en plena ebullición. José Luis Oliete no podrá contar con Sergi Grimau. El esguince que sufrió en su tobillo izquierdo en el primer suspiro del choque ante Manresa le ha dejado fuera de la expedición. Miquel Reynés, responsable de los servicios médicos de la entidad inquense, ha recomendado que no viaje a Santiago, y su lugar lo ha ocupado el júnior Toni Carrasco.

Sigue siendo una incógnita saber si Larry Richardson va a ofrecer una prestaciones mínimas que eviten su despido, aunque viendo el trabajo de Albert Alzamora y Kelby Stuckey, Oliete puede respirar relativamente tranquilo. Relativamente, pues la ausencia de Grimau tiene su importancia en los planes del preparador aragonés. La escalada pasa por la capital jacobea, donde una victoria inyectaría moral a los inquenses.