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83 ALICANTE: Gil (3), Douglas (11), García (5), Wilson (14), Baldo (17) "cinco inicial", Prigioni (12), Smith (4), Manu Gómez (6), Moreno (11).
61 DRAC INCA:Grimau (2), Navalón (3), Montañana (8), Willy Villar (14), Stuckey (20) "cinco inicial", Puyada (4), Bordas (0) y Alzamora (10).
Àrbitros: Pérez Niz y Terreros. Excluyeron por cinco faltas pesonales a Manu Gómez (Alicante).

ALBERT ORFILA
Habría que empezar a preguntarse hacia dónde va el Drac Inca. Consumidas seis jornadas, el grupo de Oliete se ha instalado en las mazmorras. Hoy por hoy, la aritmética denuncia que el cuadro balear es el peor equipo de la Liga. A su sabida falta de recursos se le ha unido ahora la puerilidad con la que se manejan algunos de sus jugadores fundamentales, los que en principio debían soportar el andamiaje. No hace falta dar muchos nombres, pero casi nadie es quien era en este equipo.

Drac Inca recibió en Alicante una humillación en toda regla. De hecho, si es posible escoger cómo perder un partido, eligió la peor. Alcanzó el punto cero y su repertorio, especialmente en el segundo tiempo, resultó esperpéntico. Es difícil poder jugar peor. La crisis es evidente.

El trabajo defensivo que realizó el Drac Inca durante el primer acto tuvo en las pérdias de balón (una docena en veinte minutos) a su principal elemento mitigador. Esa falta de equilibrio condicionó en exceso su juego y es un aspecto que se proyectó en el marcador. De hecho, sólo Stuckey (12 puntos en el primer tiempo) mostró algo de solvencia en ataque. Villar también colaboró "tres triples", pero nadie más. Alicante funcionó siempre a tirones, vivió muchos atascos, pero el talento de sus jugadores le permitió reponerse a casi todos los problemas (34-31 al descanso). La reanudación fue una broma de muy mal gusto.