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Los técnicos del Drac Inca trabajan desde hace varios días sobre opciones muy concretas para dar consistencia al juego interior del equipo. Kenny Green y Ledaryl Billingsley, son dos de ellas. Oliete parece haberse posicionado, pero el club también ha decidido concederse un pequeño margen y aguardar la salida de algún jugador de la NBA, competición que esta semana enfila su cuenta atrás. El resultado es que ya está descartada la presencia de refuerzo alguno para el decisivo partido del viernes ante la Universidad Complutense.

Kenny Green es un tipo que no necesita presentación alguna. Temporadas atrás y durante su etapa en el TAU Vitoria fue MVP (jugador más valioso) de la Liga ACB y también una pieza básica en el retorno del Breogán de Lugo a la máxima categoría del baloncesto nacional. El único problema de Green es su estado físico. Durante los últimos años ha arrastrado muchas lesiones en sus maltrechas rodillas, aunque su agente ha confirmado que aceptaría un contrato temporal y otorgaría al club libertad absoluta para adoptar cualquier decisión unilateral.

A sus 35 años de edad, Kenny Green quiere volver a jugar y ha anunciado que se encuentra en buenas condiciones para ser determinante en la LEB. El pívot nacido en Waterbury exhibe una hoja de servicios extraordinaria (Dijon, Cáceres, Natwest Zaragoza, TAU, Ulker Estambul, Granada y Breogán) y sería el complemento ideal para Kelby Stuckey siempre y cuando respondan sus rodillas. Eso es ló unico que parece mantener en el aire su fichaje.

El nombre de Ledaryl Billingsley también está sobre la mesa, aunque parece tener pocas opciones de jugar en Inca. Se trata de un novato y eso parece jugar en su contra. En la Universidad de Tulane ha firmado buenos números (18 puntos y 9 rebotes de media por partido), pero el club quiere reducir al máximo los riesgos y cualquier rookie necesita un periodo de adaptación y en Inca lo que hace falta es experiencia y rentabilidad inmediata para remontar una situación complicada.