Lo que ahora parece algo tan palpable y tangible que apenas tiene
dimensión, será recordado dentro de un manojo de años como algo que
ilustrará con letras de oro la historia del Mallorca. Es la Liga de
Campeones o la versión de la mejor competición de clubes del mundo.
El club balear ha circulado por este circo europeo como un gigante
con pies de barro "parece impensable que el tercer clasificado de
la Liga Española pierda 0-4 ante el segundo equipo de la
Bundesliga" pero con el descaro habitual del que no tiene nada que
perder. El trayecto mallorquinista por la Champions ha tenido ya
cinco estaciones y la próxima, en la que espera el Panathinaikos,
sólo servirá para ingresar en el vagón de la UEFA:
Mallorca-Arsenal: Mientras en el iris de miles
de ciudadanos de todo el planeta golpeaba la barbarie terrorista de
Nueva York, el Mallorca preparaba su estreno en la Liga de
Campeones y abría un nuevo ciclo en sus 80 años de historia.
Ensombrecido por la imagen de las Torres Gemelas deshaciéndose, el
primer partido del club balear en el grupo C le cruzaba con el
Arsenal, uno de los mejores equipos del panorama europeo. La
expulsión de Cole tras cometer un penalti sobre Luque y la
ejecución de la pena máxima por parte de Vicente Engonga le dio al
Mallorca su primera victoria y le permitió dar un golpe de efecto
en Europa (1-0).
Panathinaikos-Mallorca:Sin la urgencia de los
puntos, pero con la imagen ensuciada por su tránsito en la Liga, el
Mallorca viajaba a Atenas en busca de puntos que le dejaran muy
cerca del segundo ciclo. Pero los de Krauss se encontraron allí con
un ambiente hostil, un rival muy equilibrado y dos goles a poco del
arranque. Los baleares firmaron uno de los peores partidos que se
le recuerdan en la última década y el castigo pudo ser peor
(2-0).
Schalke 04-Mallorca: Uno de los mejores
contragolpes jamás trazado por un equipo de fútbol le sirvió al
Mallorca para recuperar su autoestima. Etoo empujó la carrera de
Luque y los mallorquines volvieron a sacar petróleo de su única
aproximación con cierto peligro, además de dejar a los germanos muy
atrasados en la carrera hacia la segunda fase. Hubo premio y sólo
la trayectoria del Panathinaikos preocupaba en el club (0-1).
Mallorca-Schalke 04: Uno de los episodios más
hirientes que recuerda el mallorquinismo empujó a Krauss y destrozó
todas las combinaciones que el club había realizado antes del
partido. Todos contaban con los tres puntos, hasta el Schalke, pero
sólo los alemanes esbozaron una sonrisa. La humillación cerró la
gris etapa del técnico germano en el banquillo rojillo y supuso
todo un condicionante para viajar a Highbury. Días más tarde, se ha
demostrado que esa derrota se ha convertido en la llave de la
eliminación (0-4).
Arsenal-Mallorca: Sólo valía sumar, porque por
Londres circulaba el futuro del Mallorca. El enésimo triunfo del
Panathinaikos obligaba a los de Kresic, que debutaba en Europa, a
salir de Highbury con el zurrón lleno. Pero la pléyade de estrellas
del Arsenal deslumbró a un equipo minado de bajas y que acusó en
exceso su necesidad de mejorar. Sin que nadie controlara las ansias
por ganar de los baleares, el equipo de Arsène Wenger aprovechó
para cerrar en el descuento el circuito del Real Mallorca por la
Liga de Campeones (3-1).
El sexto y último partido será ante el Panathinaikos, el
conjunto que empezó a quebrar el edificio mallorquinista en la
Champions. Sólo el consuelo de la Copa de la UEFA y los más de 600
millones que el club ingresará tras su participación en la primera
fase, endulzan el final.
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