Juan Carlos Lorenzo, a la izquierda, junto a Juan Seguí, ex presidente de la Federación Balear de Fútbol.

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Miguel Vidal Juan Carlos Lorenzo siempre había sentido admiración por Alfredo Di Stéfano, ambos eran del mismo barrio bonaerense, el barrio de Barracas, muy cerca del Mercado Nacional de la Patata. Juan Carlos Lorenzo, nacido en Buenos Aires el 27 de octubre de 1922, era cuatro años más viejo que Alfredo, y llegó antes a la Primera División argentina, pero tuvo tiempo de jugar los apasionados clásicos River Plate"Boca Juniors enfrentado al que con el tiempo sería su máximo avalista para firmar con el Mallorca. Juan Carlos Lorenzo jugó en el Boca entre 1946 y 1947 y Alfredo Di Stéfano en el River de 1944 hasta 1949.

También vino antes a Europa que «la Saeta Rubia», porque Juan Carlos Lorenzo se fue a la Sampadoria en 1947, despues pasó al Nantes y de ahí se vino al Atlético de Madrid, que lo cedería al Rayo Vallecano. En Vallecas se da la circunstancia de que coincidió con dos jugadores que él llevaría a Palma: Cobo y Oviedo.

Pero la fama le saldría de golpe al camino de la mano del Mallorca. Juan Carlos Lorenzo llegó a Palma, acompañado por Alfredo Di Stéfano, la tarde del 17 de julio de 1958. Del aeropuerto de Son Bonet (Son Sant Juan estaba en construcción) fueron directos a la residencia Son Calderet, en el Paseo Marítimo (hoy desaparecida), que eran propiedad de Jaime Rosselló Pascual, presidente del Mallorca. La seriedad de Lorenzo, así como su carácter ganador, y por qué no decirlo, el aval de Di Stéfano, hicieron que Jaime Rosselló le confiara el proyecto de ascender a Primera División.

Juan Carlos Lorenzo se comprometió tres temporadas con el Mallorca a razón de trescientas mil pesetas por temporada. Lo hizo en calidad de jugador"entrenador y la verdad es que su contratación fue un éxito rotundo. La temporada 1958"59 el Mallorca ascendió de Tercera a Segunda División batiendo todos los récords: de 30 partidos ganaron 25, empataron 4 y perdieron 1, marcando 103 goles y encajando sólo 8. En la temporada siguiente, la 1959"60, la apoteósis ¡el ascenso a Primera División!.