El joven del filial Zarandona debutó con el primer equipo. Foto: ALFAQUI.

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Un tipo llamado Leiva y que juega de portero en el Córdoba, quiso conceder una segunda oportunidad al Mallorca en la Copa del Rey. Sus manos se arrugaron ante un tímido remate de Riera y eso dio vida a un equipo que sigue obsesionado en mejorar su peor versión. Confuso y errático, el fútbol del Mallorca alcanzó una dimensión casi desconocida durante el primer acto. Jugar peor es casi imposible y el Córdoba no tuvo excesivos problemas para arrinconar a los baleares y administrar el balón como le vino en gana. El cuadro andaluz se adueñó casi por completo del centro del campo y el carril de Cristian Díaz fue un pasillo con alfombra para los locales.

De hecho, casi todo el peligro que generó el Córdoba llegó por la banda izquierda y en esa zona empezó a generarse el gol de Platero. Lawal tiró un centro sin demasiada fe, pero la puerilidad de los centrales acabó dejando a Platero y Miki en la más absoluta intimidad. El delantero cabeceó el balón lejos del alcance del guardameta. No se había alcanzado la media hora de juego, pero el gobierno que ejercía el cuadro local era casi absoluto. El Mallora apenas asomaba la cabeza. Se conformaba con ver circular el balón a pies del contrario y confiarlo todo a alguna contra que nunca llegó. De hecho, el equipo de Kresic fue incapaz de tirar a puerta durante todo el primer tiempo. Y así es imposible marcar. El Córdoba tampoco expuso un fútbol muy vertical, pero aprovechó el gazapo defensivo de su rival y lanzó algún disparo kilométrico.

Kresic recurrió a Carlos y Campano para alterar el guión. Zaradona y Marcos se fueron al vestuario en el 58*, pero el fútbol del Mallorca no cambió su aspecto. No obstante, una carrera de Carlos por la banda derecha que remató Riera acabó con el esférico en el interior de la portería. El canterano remató sin ángulo, pero Leiva le echó un cable. El Mallorca había rentabilizado su única acción ofensiva, pero el equilibrio en el marcador resultó fugaz. Una falta botada desde demasiado lejos para acabar en gol fue el motivo. Lawal le pegó duro, la barrera se abrió y el esférico botó ante Miki para acabar besando la red. No hubo más.

Vicente Fernández recibe las primeras visitas tras la intervención quirúrgica
Vicente Fernández inició ayer su nueva vida. El defensa mallorquinista, intervenido con éxito el pasado martes en el Hospital Asepeyo de Sant Cugat, pretende volver lo antes posible a los terrenos de juego. Vicente sufrió una de las peores lesiones que puede padecer un futbolista (rotura con desinserción del tendón rotuliano de la punta de la rodilla derecha) y en principio estará entre seis y ocho meses de baja. Josep Borrell, médico que intervinó al deportista, aseguraba que si todo progresa sin inconvenientes podría reaparecer antes. En esta frase se ha agarrado Vicente ya sólo piensa en volver a golpear a la pelota y pisar de nuevo el campo. Vicente Fernández, olvidados ya los síntomas de la anestesia, recibió la visita de familiares y amigos en la habitación y volvió a evidenciar su una gran tranquilidad y un buen sentido del humor, aunque la lesión sea tan grave. La rotura del tendón rotuliano le llegó a Vicente Fernández en el peor momento ya que había conseguido ganarse un puesto en el centro de la defensa y había demostrado a Sergio Kresic que es un central de garantía.