Los visitantes salieron con desparpajo y lanzaron un primer aviso a
los nueve segundos de juego cuando Engonga engatilló desde fuera
del área un tiro que se fue alto por el portal de Prats. El Betis,
que parecía tan frío como la tarde, no se acercó al área contraria
hasta el minuto 15 en una falta lanzada por Denilson que Joao Tomás
no acertó a remachar, aunque la jugada ya estaba invalidada por
fuera de juego. El Betis desbordaba ocasionalmente por las bandas,
pero su problema era que no hallaba nunca un rematador puesto que
tenía como único, y poco afortunado delantero, a Joao Tomás. Así
las cosas el Mallorca reaccionó en el minuto 26 con un 'obús' de
Etoo que obligó a Prats a enviar a córner.
A estas alturas estaba ya claro que en el partido mandaban las
defensas, muy bien ordenadas, aunque era la del Betis la que más
fallos cometía. Etoo siguió intentándolo, aunque tenía el punto de
mira mal ajustado y lo más lógico con estos datos en la mano era
que se llegara al descanso con empate. Pero en esto apareció
Joaquín, que intentó hacerse un 'sombrero' dentro del área, y
Fernando Niño, que había entrado poco antes para suplir al
lesionado Siviero, metió la mano y provocó un penalti señalado sin
ninguna duda por el colegiado. El árbitro no lo dudó y Joao Tomás
transformó la pena máxima cuando el crono marcaba ya tiempo de
descuento. Este gol, de los llamados psicológicos, no hizo cambiar
el esquema de un Mallorca que mantuvo en la reanudación a los
mismos cinco defensas con que había jugado hasta entonces. Ello
permitió al Betis jugar con más desenvoltura, aunque
paradójicamente una falta de entendimiento de la cobertura
sevillana permitió a Luque plantarse mano a mano con Prats que
resolvió con solvencia el cancerbero. Pero la ocasión más nítida
para los isleños la tuvo Marcos en el minuto 60, aunque el balón se
le fue alto cuando todo el estadio veía ya el 1-1 en el
marcador.
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