Albert Luque reclama al árbitro desde el suelo. Foto: TOMÁS MONSERRAT.

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Con la mochila cargada de urgencias y con poco margen para el error, el Mallorca recibe al Barça más recio de la temporada. El equipo de Kresic sigue instalado en el sótano de la Liga y sus recursos se han limitado con la misma celeridad con la que su crédito se ha ido agotando. Las derrotas han erosionado su ascensión y el conjunto azulgrana llega con el liderato entre ceja y ceja. Será el partido de las dos vías, el de los objetivos antagónicos; el partido de las necesidades (Son Moix, 20.30 horas, PPV).

Rexach rezuma optimismo y el discurso de Kresic destila preocupación. El encuentro cruza a dos equipos que circulan por caminos distintos y a dos técnicos que viven permanentemente sobre un alambre. Sólo los triunfos y los errores de sus rivales han aliviado en cierta medida el tránsito catalán por la competición doméstica, pero una derrota en Ciutat les devolvería nuevamente al círculo vicioso. Mientras, el grupo balear ha pasado de la gloria a la miseria en apenas cuatro jornadas; después de golear a Athlétic de Bilbao y Deportivo Alavés, Celta y Villarreal han devuelto a los rojillos a los orígenes. Anclado en una zona tan delicada como incierta, el Mallorca busca enmienda ante el mejor rival posible, un Barça en progresión.

Ibazaga debe ser la gran referencia bermellona. Después de disputar algunos minutos en los últimos encuentros, el centrocampista argentino podría estar de inicio en la banda izquierda, a pesar de que las molestias que arrastra Vicente Engonga le pueden dejar un hueco en el círculo central. Kresic ensayó ayer a puerta cerrada y todo indica que probará con Ibagaza por el flanco izquierdo; Cristian Díaz o Paunovic con el resto de alternativas. El Mallorca confía en sacar petróleo del buen momento de Luque (que no ha sido citado por Camacho) y de Losada, que convierte en oro todo lo que toca. Los insulares andan con problemas en defensa y el centro del campo está asfixiado, por lo que recuperar a Novo y Campano es esencial.

El Barça ha dejado en la Ciudad Condal a Overmars, pero llega con un plantel minado de talento. Después de agujerear al Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López, el equipo azulgrana mostró su imagen más simple ante la Real Sociedad, pero sumó y se ha acercado a la cumbre. Después de aguantar innumerables crisis deportivas y sociales, el conjunto azulgrana se mueve ahora por la senda del éxito y no renuncia a nada. Desde su entorno se ha generado un gran optimismo y acuden a la cita con el Mallorca con una sonrisa en los labios. Los precedentes en Son Moix son favorables al conjunto mallorquinista, pero en la primera vuelta el conjunto que dirigía Krauss sufrió un serio correctivo en el Nou Camp. Es un partido de contrastes, ideal para reciclarse.