Después de que la selección mallorquina de Pedro Gelabert «Kaiser»
se proclamara campeona de España juvenil en Ourense (1945) el
balonmano comienza a cobrar protagonismo en la Isla. Los clubes
trabajan a ritmo vertiginoso y se funda la Federación Balear de
Balonmano (1953). Joan Bestard preside el primer ciclo de la
Federación cuando todavía se jugaba a balonmano con once jugadores
y en campo de fútbol. Bernat Escalas, Llorenç Caldentey y Joan Frau
también estuvieron al frente del organismo federativo en distintas
etapas.
Coincidiendo con el mandato de Sebastià Alzamora se comienza a
practicar el balonmano como hoy lo conocemos (con siete jugadores,
seis y el portero, y en pista). En el sillón presidencial de la
Federación también se han sentado Joan Dols, Tolo Font (en dos
ocasiones), Jaume Aloy, Narciso Ríos, Joaquín «Tati» Planas,
Fernando Pozuelo, Miguel Pascual y Antoni Gorrias (actual
presidente). Además de los presidentes fue especialmente importante
el trabajo de los seleccionadores Pedro Gelabert «Kaiser», Tolo
Font y Juan Mas y de los árbitros Trillo, Mariné, César, Cañellas,
Alajarín, Vidal, Márquez, Clavijo y Díez.
La creación de la Federación Balear supone un empujón para el
asentamiento del balonmano en Mallorca, pero será en los años
sesenta cuando se produzcan las grandes rivalidades. Por un lado
aparece el Gels (Grupo Escolar La Soledad) de Juan Sanchís, Parri,
Jubrich Abrines, Juanito Gost y Jaime Terrassa y por otro lado se
sitúa el Oasis de Juan Bonet. Oasis ha sido uno de los clubes más
emblemáticos del balonmano mallorquín y en esa etapa tenía a Jaime
Rodríguez como líder, al que escudaban deportistas de la talla de
Tizón, Alzamora, Corral, Calvo, Alcover, Salvador Juan, Paco Lavao,
Pedro Martorell, Quique Esteve o Rafa Márquez. Este último fue el
primer mallorquín en finalizar la carrera de INEF y mientras
cursaba estudios jugó con el Atlético de Madrid en División de
Honor.
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