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Efe - LONDRES El Manchester United afronta con «cautela» el partido de ida de la semifinal de la Liga de Campeones, contra el Bayer Leverkusen, intentando que el papel de favorito que tiene asignado no suponga un obstáculo para conseguir el que quizá sea su único título, y tabla de salvación, de la temporada. Al once que dirige el escocés Alex Ferguson, no parece haberle afectado la ausencia del lesionado David Beckham, cuyo lugar ocupa desde entonces, sin desmerecer en absoluto, el noruego Ole Gunnar Solskjaer, que ha demostrado encontrarse en una fantástica racha goleadora. Roy Keane, por el contrario, ha experimentado una sorprendente mejoría de su lesión muscular y podría incluso sentarse en el banquillo. Ferguson no variará en exceso sus esquemas habituales y optará, posiblemente, por un 4-4-1-1, recurriendo al atacante holandés Ruud Van Nistelrooy, como delantero centro, y al galés Ryan Giggs, como media punta.

La relevancia de la cita europea, en el emblemático marco de Old Trafford, cobra una dimensión más amplia al ser, quizá, la última oportunidad del Manchester de terminar la temporada con al menos un título. El Arsenal se perfila como favorito a proclamarse nuevo campeón de Inglaterra, y la FA Cup también se les escapó a los «Diablos Rojos», que se aferran con mayor fuerza si cabe a la Liga de Campeones. Ferguson es consciente de que el Bayer Leverkusen no es un contrincante al que se deba subestimar. «Un equipo que tiene su sitio en lo alto de la Bundesliga, merece todos los respetos».

El técnico del Bayer Leverkusen, Klaus Toppmoeller, aspira a que su equipo siga siendo el verdugo de los ingleses en esta temporada tras eliminar de la Liga de Campeones al Liverpool en cuartos de final y, un poco por carambola, al Arsenal en la segunda liguilla. El entrenador de los alemanes no piensa en el duelo de hoy sólo como un paso hacia la final de la Liga de Campeones, sino también como una oportunidad para ganar confianza de cara a la recta final de la Bundesliga, que el equipo de las aspirinas encabeza con dos puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, el Borussia.