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Felipe Recuero - FRANCIA
El australiano Robbie McEwen (Lotto) rompió la racha victoriosa del italiano Mario Cipollini al imponerse, en un apretado sprint en la quinta etapa del Giro, disputada entre la ciudad luxemburguesa de Esch sur Alzette y la francesa de Estrasburgo. Cipollini, ganador de dos etapas de las cuatro disputadas, tuvo que conformarse en esta ocasión con un segundo puesto, pues el ciclista de las antípodas, en esta ocasión, hizo su golpe de riñón ante un Cipollini, que llegó un tanto justo, como consecuencia de una montonera que se produjo a unos 20 kilómetros para el final y en la que quedaban cortados, entre otros, sus compaÑeros Scirea, Conti y Colombo.

McEwen invirtió en los 232 kilómetros de viaje 5 horas, 37 minutos y 13 segundos, mismo tiempo que Cipollini que daba tiempo al grupo de los primeros de la general que, por tercer día, comanda el también italiano Stefano Garzelli. La cuarta etapa, última por carreteras no italianas, fue una especie de calco a la anterior, aunque en esta ocasión no hubo un maratoniano aventurero como lo fue en la precedente el belga Marc Streel.

Muchos kilómetros de tedio que aprovecharon los corredores para disfrutar de la bonanza de la climatología y por ello que, prácticamente hasta mitad de carrera, los intentos de escapada brillaran por su ausencia, quizás para evitar situaciones como la que vivió Streel, que en tan sólo 15 kilómetros perdía más de ocho minutos tras haber protagonizado una escapada de 160 kilómetros. El primer tirón serio del día llegaba hacía el hito kilométrico 105 de carrera, punto el que acumulaban un retraso de media hora y los protagonistas fueron el ruso Dimitri Konischev y el italiano Daniele Contrini, pues pedalearon solos hasta el kilómetro 197, pero nunca sin superar los tres minutos de ventaja.

Una caída masiva, afortunadamente sin mayores consecuencia, a una veintena de kilómetros para el final, retrasaba la preparación del sprint, especialmente para Mario Cipollini, pues entre los que quedaron cortados estaban Sciere, su lanzador habitual en los metros finales, Colombo y Conti; además de otros corredores suelen ser muy activos en el tramo final como fue el caso del español Daniel Clavero compañero del italiano Marco Pantani.

Ese percance descolocó a Cipollini, pues la «celebra mecánica» no aparecía y el italiano, que suma ya 36 victorias en sus diferentes participaciones en el Giro, al contrario que otras ocasiones se tenía con seguir el ritmo, la estela de sus rivales. Scirea realizó una remontada espectacular y Cipollini y los suyos pasaban a controlar la situación, pero fue de cara a la galería, pues cuando llego el uno contra uno, en este caso Cipollini-McEwen, el italiano acuso el esfuerzo realizado y, como se suele decir, el australiano le ganaba por un tubular.