Esta metrópoli del medio oeste, conocida como «la encrucijada de
América» por la intersección de cinco grandes autopistas
interestatales, será el escenario que hará sufrir y disfrutar a
seis selecciones americanas (Estados Unidos, Argentina, Brasil,
Canadá, Puerto Rico y Venezuela), cinco europeas (Yugoslavia,
Turquía, España, Alemania y Rusia), dos africanas (Angola y
Argelia), otras tantas asiáticas (China y Líbano) y una oceánica
(Nueva Zelanda). Sólo un par de ellas alcanzarán la gran final del
próximo 8 de septiembre sobre el parqué del Conseco Fieldhouse, que
a partir de los cuartos de final se convertirá en sede única del
torneo que, además de encumbrar al nuevo rey del planeta, decidirá
cuantas plazas olímpicas corresponden a cada continente en los
Juegos Olímpicos de Atenas'2004.
La selección que conquiste el oro en Indianápolis, el
organizador de los Juegos (Grecia) y los ganadores de los
respectivos campeonatos continentales del próximo año tienen plaza
asegurada en Atenas, pero todavía faltan por designar cinco puestos
que se adjudicarán a cada zona continental en función de la
clasificación final de este Mundial. El sistema de competición del
torneo dejará fuera de la lucha por las medallas a los últimos
clasificados de cada uno de los cuatro grupos de la primera fase,
compuestos por Yugoslavia, España, Canadá y Angola en el A; Brasil,
Turquía, Puerto Rico y Líbano en el B; Estados Unidos, Alemania,
China y Argelia en el C; y Argentina, Rusia, Nueva Zelanda y
Venezuela en el D.
Los tres restantes conjuntos de cada grupo accederán a la
segunda fase para formar dos nuevos bloques de seis selecciones en
los que valdrán los resultados obtenidos en la ronda inicial. Cada
equipo jugará tres encuentros "los combinados que han compartido
bloque no vuelven a enfrentarse entre sí" y los cuatro primeros
accederán, a partir del 5 de septiembre, a las eliminatorias por el
podio. La selección anfitriona, dirigida por el técnico de los
Bucks de Milwaukee, George Karl, uno de los entrenadores mejor
pagados del mundo, es la favorita indiscutible para el título tras
el fiasco del anterior Mundial, el de Atenas'98, donde Estados
Unidos tuvo que comparecer sin sus profesionales por el cierre
patronal de la NBA y acabó relegada al tercer puesto en favor de
Yugoslavia, que sumó su cuarta medalla de oro frente a Rusia.
El desafío para los norteamericanos es grande. Juegan en casa,
su última aparición internacional, en los Juegos Olímpicos de
Sydney 2000, estuvo a punto de costarles la primera derrota de sus
jugadores NBA y, pese a todo, en el equipo no juega ninguna de las
grandes estrellas profesionales como Shaquille O'Neal o Kobe
Bryant, que han mostrado un desinterés absoluto y han forzado a la
Federación estadounidense a formar un bloque de egos menos
pronunciados.
Yugoslavia representa, en opinión de muchos expertos, el mayor
peligro que Karl y sus hombres pueden encontrarse sobre la cancha.
Entre otras cosas porque los actuales campeones cuentan con algunos
de los mejores baloncestistas del continente europeo, caso de Dejan
Bodiroga, y destacados referentes en la NBA como el alero de los
Kings de Sacramento Predrag Stojakovic. De hecho, la proliferación
de jugadores procedentes de otros países que desarrollan sus
carreras en la NBA es casi un denominador común. Desde el
deslumbrante debutante del año en la última temporada, Pau Gasol,
hasta el número uno del último sorteo colegial, Yao Ming, con casi
2'30 metros, que hace pocos días anotó once puntos, cogió trece
rebotes y colocó seis tapones en un amistoso contra el equipo
estadounidense.
Algo se mueve bajo los aros continentales y el Mundial dejará
constancia de ello. Líbano es una de las grandes sorpresas tras
apear del torneo a dos potencias vecina, Japón y Corea. Tampoco
sería una sorpresa que una selección suramericana volase alto, en
especial Argentina, relanzada por hombres como Ginobili y Oberto en
Europa, y también Puerto Rico, donde aún late con fuerza el corazón
de Piculín Ortiz, ejemplo del carácter y fuerza que a partir de hoy
correrá por las venas del baloncesto mundial. El suizo Patrick
Baumann ha sido elegido en Indianápolis secretario general «sine
die» de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) en
sustitución del yugoslavo Boriskav Stankovic. Unico candidato,
Patrick Baumann, de 36 años, era hasta el presente el adjunto de
Borislav Stankovic, quien ostentaba el cargo de secretario general
desde 1976 y que presentará su renuncia el próximo 31 de
diciembre.
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