EFE-MADRID
La inspiración de Alex Mumbrú, una ligera mejoría colectiva y las facilidades dadas por un Olympiakos desfigurado sacaron al Real Madrid de la dinámica perdedora en la que se había sumergido con una victoria que le permite mantenerse a flote en la Euroliga. La espectacular salida de Mumbrú lanzó a los blancos en una noche de grandes exigencias y altas responsabilidades. El catalán ignoró la presión y aportó una enorme dosis de tranquilidad en el momento más oportuno. El alero plantó cara a los fantasmas que amenazaban al Madrid y creó el caos entre las filas atenienses cuando todavía había espectadores buscando su asiento.
Mientras los griegos buscaban soluciones debajo de las piedras y dejaban que el internacional alemán Eyinmisan Nikagbatse controlase los ataques, el Madrid entregaba la batuta a Raúl Mena para dar descanso al cuestionado Michael Hawkins, un dato con especial relevancia por las complicaciones locales en la dirección. La sequía madridista continuaba mediado el tercer cuarto. Cuando Derrick Alston la rompió, el 0-18 conseguido por los chicos de El Pireo había cambiado la decoración de arriba a abajo (42-36).
Era un momento crucial y el Madrid encontró a Alston. El estadounidense resolvió un par de ataques vitales para cortar el acercamiento de los griegos y evitar el desmoronamiento psicológico de su equipo, que volvió a distanciarse para afrontar el último cuarto sin excesivos aprietos (53-42) y anotarse un triunfo que le permite mantenerse a flote. El Tau Vitoria resolvió con más facilidad de la esperada (113-88) la visita del histórico Zalgiris Kaunas al «Fernando Buesa Arena» y mantiene su firmeza en la actual edición de la Euroliga.
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