Gregorio Manzano ha juntado en un palmo de terreno a un artista del
balón junto a un artillero matador. Ibagaza y Pandiani forman una
conexión letal y posiblemente se han convertido en una de las
parejas más peligrosas del panorama futbolístico español. El «Caño»
está atravesando por un momento de forma que va más allá de estar
más o menos bien desde el punto de vista físico. Futbolísticamente,
Ariel está cerca de tocar el techo y su papel en el Mallorca está
haciendo que su nombre figure entre lo más grandes de la Liga.
Ayer, el ex futbolista de la selección española y del Real Madrid,
Michel, escribía en Marca que Ibagaza es «un genio con mente
privilegiada».
El ahora comentarista deportivo apuntaba también que «Ibagaza es
un genio en un cuerpo de duende. Idea buenos regalos para todos y
no parece tener límites en cuanto a su ambición», comentaba ayer
Michel. El «Caño» quiere la pelota, busca espacios como nadie y ve
la jugada en la mente antes de inventarla sobre el terreno de
juego. Por si ello fuera poco, está consiguiendo perfeccionar su
pegada y tiro a puerta y a poco que tenga suerte con el tema de las
lesiones, esta temporada se hablará mucho de él y, sobre todo, de
su fútbol.
Pero Ariel no está sólo y se ha buscado un aliado que, cosas del
fútbol, convierte en gol casi todo lo que toca. Walter Pandiani,
goleador de profesión y apodado el «Rifle», ha situado la palanca
en posición de ráfaga y el punto de mira está ajustado para dar
donde más duele, en el centro mismo de la diana. El jugador del
Depor, prestado al Mallorca, pierde potencial lejos del área, pero
por las inmediaciones del punto de penalti, sus condiciones
naturales hacen temblar al portero más frío. Ante el Villarreal, el
«Caño» volvió a dar un recital y Walter evitó el mal peor, que
hubiera sido perder.
Pero un equipo no es completo de no añadirle al arte un puñado
de trabajadores especialistas en trabajar en la oscuridad del
fútbol. Ahí, en esa otra dimensión, se mueven futbolistas capaces
de ordenar el juego y abrirlo por las bandas y sólo así es viable
que la llamada «conexión letal» pueda brillar con luz propia.
Mientras este engranaje continúe apoyando su trabajo en la
humildad, el sacrificio y la solidaridad, es previsible que se
pueda dibujar una línea regular que acabe con el Mallorca
incrustado en las zonas altas de la clasificación.
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