Seguro que Elena Gómez había soñado muchas noches en su habitación
de Madrid cómo sería el recibimiento de su gente si algún día
ganara una competición importante. La deportista mallorquina se
proclamó campeona del mundo y al homenaje que ayer le rindió
Manacor no le faltó de nada. Subida en un descapotable plateado
llegó a la Plaça de sa Bassa donde la esperaban unas dos mil
personas. Fue una gran fiesta, justo la que merecía.
Francesc Antich fue el primero en recibir a Elena Gómez. A las
siete de la tarde el president del Govern Balear le entregó una
placa y recibió un autógrafo. Antich habló de buscar una vía para
poder ayudar a la campeona del mundo.
A las ocho y media de la tarde comenzó la gran fiesta. Elena
Gómez llegaba montada en un descapotable plateado al Ajuntament de
Manacor. Doscientas personas la esperaban. Salió al balcón donde
había colocada una pancarta: «Manacor está contigo; Enhorabuena
campeona» y recibió la primera ovación. En el Consistorio recibió
placas y obsequios del Ajuntament, Consell de Mallorca y Govern
balear. Antes de comenzar el trayecto hacía la Plaça de sa Bassa
firmó autógrafos y atendió a los medios. Elena aseguró que estaba
«más nerviosa que en la competición» y que estaba muy contenta por
el recibimiento de Manacor porque era «un reconocimiento a mi
trabajo» aunque dijo que «no esperaba a tanta gente».
Elena todavía no había visto nada. La Policía Local cortó las
calles y escoltó el sequito que encabezaba una banda de música.
Cuando su descapotable plateado se asomaba a la Plaça de sa Bassa
comenzó un griterío ensordecedor. Elena subió a tarima y volvió a
ver junto a su pueblo el ejercicio de Debrecen. Un silencio
absoluto presidió el minuto que tardó la gimnasta en conseguir una
nota de 9.487. Se revivió la tensa espera como si fuera en directo
y ovacionar a Elena tras escuchar que era campeona del mundo.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.