Los números y las circunstancias han colocado al máximo
representante del baloncesto mallorquín contra las cuerdas y sin
una salida clara que alimente sus esperanzas de rehabilitación. A
medida que avanza el calendario se van consumiendo las opciones del
Drac Inca para sacar la cabeza y el mes de enero actuará como el
gran juez del equipo en el campeonato. Buena parte del objetivo del
curso se trazará a raíz de lo que suceda en los próximos encuentros
y será necesario aplicarse al máximo en cada una de las funciones
para mantener el rumbo de la nave ante las adversidades que se
avecinan.
La visita del conjunto mallorquín a la cancha del Murcia ha
debilitado aún más los puntos de apoyo del grupo inquense.
Disputada la primera jornada de la segunda vuelta, los isleños
permanecen anclados en la zona baja de la clasificación con tres
victorias y trece derrotas a la espera de lo que ocurra hoy entre
Rosalía de Castro y Baloncesto Gijón. Una victoria del conjunto
gallego dejaría nuevamente en la estacada a los mallorquines que
quedarían relegados a portar en solitario el farolillo rojo del
categoría.
Los próximos compromisos del Inca no invitan al optimismo y
resultarán decisivos en el devenir del club. Para empezar, el
próximo fin de semana visita el Palau el mismo Rosalía en una buena
ocasión para saldar cuentas y marcar el territorio, ya que un
triunfo podría contribuir a un despegue bien cimentado pero una
caída podría resultar fatal.
Una vez superado ese escollo la dificultad se traslada a Huelva.
Los andaluces son ahora mismo el cuadro que precede al Inca en la
clasificación y el encuentro supondrá una reválida disputada al
límite por ambas escuadras.
La cuesta de enero se completa con la llegada a Mallorca del
Bilbao Basket y si el equipo resiste deberá apurar su margen de
maniobra para reestablecerse.
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