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El Real Mallorca se ha metido en problemas tras la derrota cosechada ayer en el estadio Lluís Companys ante el Espanyol. Las posiciones de descenso están ahora a tres puntos ya que las diferencias con el conjunto de Javier Clemente se han acortado y han quedado en eso, en tres puntos. El equipo de Manzano continúa su caída en picado desde que el pasado 13 de enero ganara en Vallecas al Rayo por un gol a dos. A partir de ahí no ha vuelto a sumar tres puntos en un partido y por este motivo se ha pasado de las posiciones medias altas de la tabla, a codearse con los equipos que intentan eludir el descenso a Segunda.

Antes de que arrancase el encuentro en Montjuïc, el entrenador mallorquinista dio a entender lo importante que era la victoria y calificó de que el partido era «de diez puntos». Manzano sabía de la importancia de la victoria ya que, en caso de no conseguirla, como así fue, la alarma puede empezar a sonar con fuerza.