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Real Madrid y Real Mallorca reeditarán esta tarde un partido que, con el paso del tiempo, se ha convertido en un clásico de la Liga. El once balear puede presumir de muchas cosas, entre ellas, de ser el último equipo que en el campeonato regular ha conseguido batir al grupo de Del Bosque. Fue hace dos años y medio, con Aragonés en el banquillo, cuando el grupo de Son Moix asestó un golpe «galáctico» en pleno corazón de la Castellana y devolvió a la tierra al equipo de ensueño que por aquel entonces empezaba a armar Florentino Pérez. El equipo mallorquín se desenvuelve de cine entre la Cibeles y la plaza de Castilla. A medio camino entre ambos puntos está localizado el estadio Santiago Bernabéu, escenario donde el once de Manzano últimamente rompe todos los pronósticos y destroza cuantas quinielas se redactan con el uno fijo. El de esta tarde es uno de esos partidos donde el equipo visitante -en este caso el Mallorca- se carga de argumentos para poder dar un nuevo zarpazo. Los blancos andan más pendientes de Europa que no de la Liga y, sin ir más lejos, la próxima semana se medirán a la Juve en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones.

La experiencia indica que, ante un partido de esta dimensión, las plantillas, el entorno y el aficionado suelen tener problemas a la hora de poner en orden la importancia de los compromisos que deben afrontar y su atención se desvía hacia lo más grande. Ahí puede estar la clave del partido. Si el Mallorca se mete en el choque como lo hizo el pasado domingo ante el Deportivo de La Coruña y el Madrid da un palmo de terreno como le dio, por ejemplo, al Rayo, hablar de la victoria visitante no es una quimera. El Madrid suele empezar adormilado en su campo y no pone la directa hasta que se ve entre las cuerdas o hasta que no escucha los abucheos desde la grada. El medio campo y el ataque -pese a que no está Raúl- asusta con sólo ver los nombres en la pizarra, pero Manzano le ha quitado el miedo a su equipo.

Si Zidane es su líder en la zona ancha, el Mallorca tiene a un Ibagaza que está en un momento de forma indescriptible. Delante estará Morientes y Manzano tendrá a Etoo. El partido tendrá a dos equipos pujando por dos grandes objetivos en el campeonato regular. Los blancos luchan por la Liga, son líderes a cuatro puntos de Deportivo y Real Sociedad. El Mallorca, que lleva siete partidos sin perder, apunta a la UEFA, y una victoria en Chamartín le permitiría no descolgarse del grupo de equipos que pujan por idéntico objetivo.

Se mire por donde se mire el partido de esta tarde (19.30 horas) está repleto de alicientes que lo convierten sobradamente en el partido de la jornada. Pitará el canario Pérez Pérez, el Bernabéu estará a reventar y las plataformas digitales ofrecerán el partido para todos sus abonados. El espectáculo del fútbol se vivirá hoy en mayúsculas en pleno corazón de la Castellana.