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Dijo Marcos durante la semana que el término galáctico servía sólo para acuñar un buen titular de prensa. Pensaba el de Ciutat que el Mallorca era capaz de hacer algo grande en Chamartín y horas después sus didácticos argumentos han tenido una repercusión inimaginable. El Madrid es también galáctico en las derrotas, por eso cuando pierde lo hace a lo grande. Los de Manzano fueron capaces de levantarse tras el gol de Ronaldo y firmar uno de los triunfos más históricos que recuerda la Liga española, basado en el talento de Ibagaza y en la pegada de Etoo. Los isleños le marcaron cinco goles al líder en apenas 45 minutos y dieron un espectáculo inolvidable (1-5).

Apenas tuvo tiempo el Mallorca para hacer planes. Es difícil exponer algo cuando al primer minuto Ronaldo ya le ha mirado la cara a Leo Franco, o cuando segundos más tarde Guti ya se atreve con un zurdazo desde la frontal. El equipo de Manzano apareció por el partido con la sensación de que sólo un mal día del Madrid le iba a dar alguna concesión, y no pintaba precisamente de ese color. En parte porque Zidane manejaba la cita a su antojo; en parte porque cada desmarque de Ronaldo alimentaba el miedo. Confiado pues el balón al francés, el líder tardó sólo nueve minutos en actuar; McManaman vio un hueco entre un bosque de piernas y sirvió para que Ronaldo atizara a los isleños.