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Felipe Recuero|ITALIA
La 86ª edición del Giro de Italia, que se pondrá en marcha hoy -en una etapa en línea con salida y llegada en Lecce- para concluir el 1 de junio en Milán, presenta un recorrido bastante duro, aunque falten algunas de las montañas míticas y, como en los últimos años, con los corredores italianos como principales favoritos. En la hora cero de la carrera, los Simoni, Garzelli, Casagrande y Frigo son los que más cuentan en los pronósticos locales, dejando en un segundo plano a otro ilustre del pelotón italiano e internacional como es Marco Pantani, que vuelve con ganas de revancha tras los muchos problemas que ha tenido y sigue teniendo con la justicia de su país por asuntos de dopaje. Si el recorrido es duro y selectivo, de la participación no puede decirse lo mismo, y en los pronósticos según los ciclistas italianos los únicos que parece que les pueden hacer sombra son el español Aitor González y el lituano Raimundas Rumsas.

Una participación más floja de lo que esperaban los organizadores, especialmente su director general, Carmine Castellano, pero que por eso no va restar espectáculo aunque la lucha por el triunfo no sea tan abierta. Al margen de esos asuntos, el Giro está marcado por un perfil montañoso, con cinco llegadas en alto; alguno de ellos un tanto atípico, como el de Zoncolan, en la duodécima etapa. Además, los escaladores cuentan a su favor con las llegadas en las cúspides de Terminillo (7), el inédito Pampeago (14), Chianele (18, jornada en la que se pasará el monte más alto, el Esischia, de 2.366 metros de altitud) y Cascata de Toce (19).

Es el menú montañoso más importante, aunque también figuran media docena de jornadas consideradas de media montaña, por los 75,5 kilómetros contrarreloj individual de los que van a disponer los contrarrelojistas en la última semana. Como en otras ocasiones, el resto de la montaña estará en las primeras jornadas de la última semana, con llegadas desconocidas para la totalidad del pelotón. como son las de Pampeago, Chianale y Cascata del Toce, éste en la antepenúltima etapa. Un menú montañoso que deben de aprovechar la totalidad de los favoritos, pues en la última semana los especialistas contra el crono, caso de Aitor González, tienen todo a su favor para recortar diferencias e incluso vestirse de rosa.