Nacido en Melilla, ciudad que precisamente le estaba preparando
un partido de homenaje para el próximo 5 de junio, dejó de existir
a los setenta años de edad en Málaga, la ciudad que escogió para
vivir al colgar las botas. José García Castro «Pepillo» comenzó a
jugar al fútbol en el Atlético Tesorillo de Melilla, y sin cumplir
los dieciocho años fichó por el Melilla, en cuyas filas comenzó a
sobresalir de tal manera que algunos equipos de Primera División
como Sevilla, Valencia y Atlético de Madrid, pugnaron por hacerse
con sus servicios.
Con veinte años Pepillo se decidió por el Sevilla; era 1953 y
Pepillo jugó allí seis temporadas, coincidiendo con otros jugadores
que llegarían a ser compañeros suyos en el Mallorca, como
Guillamón, Quirro y Antonio Oviedo.
Tan importante sería la aportación de Pepillo al Sevilla, con el
que jugaría la Copa de Europa 1957-58 teniendo como entrenador a un
mallorquín de adopción, Satur Grech, que el Real Madrid se haría
con sus servicios en junio de 1959 a pesar de tener muchos
delanteros de gran calidad (Di Stéfano, Puskas...). Fue cedido
posteriormente a River Plate.
De la capital argentina, gracias a la insistencia del entonces
presidente Lorenzo Munar Sastre, vino al Mallorca en octubre de
1962. Todo un acontecimiento, puesto que Pepillo se convirtió en el
futbolista más caro de la historia del Mallorca hasta entonces: se
pagó al Madrid un millón y medio de pesetas en concepto de traspaso
y setecientas mil pesetas anuales al jugador.
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