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Juan Antonio Lladós (Efe)|JEREZ
Valentino Rossi volvió a ejercer una supremacía absoluta en MotoGP al imponerse con holgura en el Gran Premio de España de motociclismo que se disputó en la jornada de ayer en el circuito de Jerez, mientras que Toni Elías y el transalpino Lucio Cecchinello vencieron en sus respectivas cilindradas por unas décimas.

Rossi sumó su quinta victoria sobre el trazado de Jerez y siempre que ha ganado aquí se ha proclamado campeón del mundo, lo que deja ver el desenlace de la presente edición del Mundial de la máxima cilindrada. Es un dato estadístico pero más que premonitorio, pues el piloto de la Honda RC 211 V demostró que sus triunfos no son fruto de la casualidad, sino del trabajo bien hecho y de la planificación de las carreras hasta en los más mínimos detalles.

Muchos se sorprendieron al final de las dos jornadas de entrenamientos de la posición que ocupaba provisionalmente Rossi en la formación de salida, pero ayer quedó claro y fuera de toda duda que su trabajo se había centrado en lograr un buen ritmo para la carrera y que su puesto en la parrilla era meramente circunstancial y no tenía nada que ver con el desarrollo de la primera de las tres pruebas del Campeonato del Mundo de motociclismo que se deben disputar en territorio español.

Desde la quinta plaza en la salida, al final de recta se vio relegado a la séptima en el primer giro, pero cuando se hubo disipado el barullo inicial, comenzó rápida e inexorablemente su remontada hasta la primera posición, a la que llegó en apenas cinco vueltas y ahí se acabó todo.

El actual campeón se marchó a un ritmo seguro y más rápido que el de sus rivales, que poco pudieron hacer para evitar lo que parecía inevitable, el triunfo del defensor del título. Los que le intentaron seguir cometieron errores como los de Loris Capirossi y su Ducati Desmosedici. El piloto italiano se equivocó un par de veces de trayectoria y acabó

cayendo por los suelos, o como Sete Gibernau, el héroe de Welkom, y su Movistar Honda RC 211 V, que directamente se fue al suelo y puso punto y final a sus aspiraciones en el Gran Premio de España. Esa fue la tónica general de la carrera. Rossi escapado, Biaggi controlando la segunda plaza y el australiano Troy Bayliss (Ducati Desmosedici) cómodo en la tercera posición.

Pero el Gran Premio de España resultó mucho más agitado que lo que se pudo ver en MotoGP. Antes, en los 250 centímetros cúbicos, un trío de cabeza formado por el francés Randy de Puniet (Aprilia), el sanmarinense Manuel Poggiali (Aprilia) y el italiano Roberto Rolfo (Honda), que se habían marchado en busca de la victoria, se encontraron con una visita inesperada, la del español Antonio Elías (Movistar Aprilia).

En las cábalas previas a la carrera el piloto español no contaba entre los aspirantes al triunfo. Su caída en Suráfrica le obligó a pasar por el quirófano no hace ni diez días y su estado físico no era el más adecuado, pero se equivocaron de punta a cabo.

Desde la octava posición «despertó» de su letargo, se fue acercando hasta los líderes de la prueba y los neutralizó todavía con tiempo de luchar por la victoria, que al final consiguió de una manera más que espectacular.

Algo semejante sucedió en 125 centímetros cúbicos, si bien en esta cilindrada ya es más habitual que ello suceda, pues cinco pilotos fueron los que forzaron el ritmo y la selección definitiva.

Ahí estaban los de casi siempre, los italianos Lucio Cecchinello (Aprilia) y Stefano Perugini (Aprilia), el sanmarinense Alex de Angelis, el alemán Steve Jenkner (Aprilia), que tuvo que hacer una gran remontada al salir mal, y los pilotos españoles Pablo Nieto (Aprilia) y Daniel Pedrosa (Movistar Honda), que hasta la cita sobre el asfalto de Jerez era líder provisional del Mundial.

El primero en quedar apeado de ese grupo fue Pablo Nieto, que lo hizo cuando era líder, al perder la parte final de la palanca del cambio y no poder engranar las mismas.

Quedaban cinco y de ellos dos se quedaron un poco cortados en la última vuelta, Perugini y Pedrosa, por lo que el trío restante forzó el ritmo, los adelantamientos se sucedieron, pero a la postre Cecchinello impuso su veteranía y logró su primera victoria del año, aunque el líder del mundial es el alemán Jenkner, que acabó segundo. Por su parte, el piloto mallorquín Jorge Lorenzo, enrolado en las filas del Caja Madrid Derbi Racing Team, se tuvo que conformar con el decimoquinto lugar, lo que le supone el primer punto en la presente temporada y todo un revulsivo, pese a que su salida no fue la mejor para afrontar con garantías la carrera.