El tenista isleño piensa que el partido estuvo a punto de
marcharse porque «con 3-3 en el tercer set he fallado tres restos
seguidos y se ha empezado a acumular todo. Desde el primer día
tengo ampollas, pero en el cuarto set me quemaba mucho el pie, se
me ha ido la cabeza y cada vez me dolía más el pie. Se ha juntado
todo y me he puesto negativo. Pensaba que podía perder y he
decidido jugármelo todo». El jugador isleño cometió catorce dobles
faltas, pero no encontró ninguna respuesta. «He hecho muchas dobles
faltas y él también (16 cometió Chela), pero no sé porqué. Las
bolas no son perfectas para mí y la pista Suzanne Lenglen es más
lenta que el resto pero no sé muy bien a qué se debe.
Por su parte, elargentino Juan Ignacio Chela, penúltimo cabeza
de serie, se lamentó hoy de la oportunidad que perdió de vencer al
cuarto favorito, el español Carlos Moyá, al que dominó 3-1 en el
cuarto set, por lo que aseguró que dejó pasar «la oportunidad de
ganar a un candidato al título». «Me faltó confianza para ganar un
partido importante. No era un partido cualquiera, vi que pude ganar
a un candidato al título y eso era importante para mí», señaló
Chela, quien reconoció que falló en las bolas importantes.
Mientras, la jornada se llevó las aspiraciones del ovetense Galo
Blanco, que nada más comenzar su partido contra el brasileño Flavio
Saretta, incluso en el primer golpe, se resintió en el abductor
derecho. Pese a que aguantó todo lo que pudo, el verdugo de
Corretja tuvo que abandonar cuando estaba abajo 7-6, 6-3 y 2-2. Con
la eliminación de Chela, el fortín argentino se reduce. Guillermo
Coria y Mariano Zabaleta también pasaron a octavos, tras vencer al
húngaro Attila Savolt y al marroquí Younnes El Aynaoui,
respectivamente, pero se enfrentarán entre ellos, y uno asegurará
su paso a cuartos. Gastón Gaudio tiene además un compromiso muy
exigente contra el brasileño Gustavo Kuerten mañana sábado. Son los
tres últimos de los 12 que iniciaron la batalla de París.
En el cuadro femenino, Serena Williams salió lanzada, enfurecida
y liquidó con rabia a la austríaca Barbara Schett por un doble 6-0
en sólo 40 minutos. Su venganza sobre la europea fue premeditada
pues tenía en mente la derrota que ésta infligió a su hermana Venus
aquí mismo hace un par de temporadas. Serena se quedó cerca de su
récord de velocidad en apartar rivales de su camino. En Wimbledon
hace tres años se deshizo de la holandesa Yvette Basting por 6-1 y
6-0 en 35 minutos. Todas persiguen el récord de Steffi Graf de 32
minutos en Roland Garros en 1988 contra la entonces rusa Natasha
Zvereva. También avanzaron a octavos, el alemán Rainer Schuettler
(11) y el estadounidense Andre Agassi (2) y en el cuadro femenino,
la francesa Amelie Mauresmo (5), la belga Justine Henin (4) y la
estadounidense Chanda Rubin (8).
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