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El nombre de Felipe Vivancos está llamado ocupar un lugar en el equipo olímpico español que se desplace a Atenas el próximo verano. El atleta ibicenco ya sabe lo que es participar en competiciones de primer nivel internacional y tiene en el Campeonato del Mundo de París su objetivo más inmediato. Nombres como el suyo han hecho del Club Pitiús -pese a que entre los años 2000 y 2001 militó en el Chapín de Jerez- un punto de referencia para los técnicos de la Real Federación Española de Atletismo, que saben del buen hacer de Felipe en las pruebas de vallas, en las que se ha consagrado como uno de los mejores especialistas del país.

Con el paso de los años, Felipe ha ido adquiriendo mayor peso específico en las prueba de 60 y 110 metros vallas, aunque es en esta última especialidad en la que ha despuntado en los últimos tiempos. No en vano, Vivancos ha tomado parte en el Mundial de Edmonton, siendo allí el único representante del archipiélago, firmando un registro de 13.84 que le apartó de las medallas. El mismo tiempo firmó en el Campeonato de Europa de Múnich, en el que la suerte tampoco le acompañó en esa ocasión.

Más que una promesa, Felipe es una realidad tangible, un atleta con un futuro impresionante y que desde el año 2001 es un fijo en el equipo nacional. Su historial invita al optimismo y le convierte en uno de los deportistas de las islas con más presencia en eventos de calado universal.