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José Antonio Pascual|BELFAST
La selección española llegó ayer a Belfast, donde el miércoles se enfrentará a Irlanda del Norte, con el propósito de enmendar el tropiezo sufrido el sábado en Zaragoza contra Grecia. Iñaki Sáez y sus jugadores han asumido con cierta entereza la derrota y la necesidad de recomponer la figura para no ver peligrar la presencia en la fase final de la Eurocopa de Portugal 2004.

Por eso, la expedición española ha viajado a la capital norirlandesa con una palabra en la mente: victoria. Todo lo que no sea un triunfo en Windsor Park será una sorpresa y un contratiempo de una importante magnitud. La selección, que voló desde el aeropuerto de Barajas, tuvo el domingo de descanso para aliviar una semana de trabajo y el mal trago de La Romareda. Como estaba previsto, el valencianista Rubén Baraja, tras perderse el partido contra Grecia por sanción, se incorporó a la concentración y fue la gran novedad en el traslado.

Baraja tiene un lugar seguro en el doble pivote del medio campo para el miércoles, y una de las incógnitas por desvelar será cuál será su compañero en dicha zona, si continuarán Marchena o Juan Carlos Valerón o si podrá entrar como titular Sergio González. Sáez ha reconocido que hará varios cambios con respecto al equipo que alineó en la capital del Ebro, como así había anunciado a los propios jugadores, si bien no los desvelará hasta después del entrenamiento de hoy.