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Javier Olaizola ha llegado a tiempo. Desde que cayera lesionado en A Coruña en la primera vuelta ante el Deportivo, el defensa donostiarra se ha manejado entre gimnasios, salas de masaje y campos de entrenamiento. Ahora, a poco del cierre del torneo y a una semana de la final de Copa, el central vuelve a vestirse la zamarra del Mallorca: «Me siento como un juvenil que va a debutar con la primera plantilla», explicó tras el entrenamiento.

Dice que está a un nivel óptimo, pero advierte que su condición física no es extraordinaria. El zaguero advierte que «no estoy al cien por cien, me falta algo de velocidad, pero estoy para jugar algunos minutos», comentaba ayer al futbolista vasco. Asegura que sus sensaciones «son positivas» y reconoce que lo ha pasado mal: «Es difícil estar preparado psicológicamente para una lesión tan grave. A partir del tercer mes fue muy duro porque no veía ninguna progresión, no evolucionaba. Uno se llega a cansar de todo, pero ahora estoy bien; soy muy fuerte mentalmente».

Interrogado sobre si llegó a pensar que no estaría recuperado para la final, Olaizola aseguraba que «cuando me operaron el cirujano me insinuó que me olvidara de esta temporada, que no iba a jugar. Sin embargo, los pasos se han adelantado y he podido llegar al partido contra el Málaga y el Recreativo». El defensor espera un gran recibimiento «porque siempre me he sentido muy querido por la afición, sé que me dará una inyección moral muy grande si juego».