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El presidente del Barcelona, Joan Laporta, tomó sus primeras decisiones, en una jornada frenética en la que se decidió la marcha del técnico Radomir Antic y el defensa Frank de Boer, se ofreció la continuidad al centrocampista Philip Cocu y se cerró el fichaje de Frank Rijkaard,como nuevo entrenador para las próximas cuatro temporadas. El primer día de gestión de Laporta comenzó con una reunión de unos diez minutos en las oficinas del club en la que él mismo le comunicó a Radomir Antic que la nueva junta directiva había decidido renunciar a la opción, pactada por el anterior presidente, Enric Reyna, de que el serbio continuase como entrenador la próxima temporada. El equipo de Laporta tenía diez días para invalidar aquella opción, sin coste alguno para la entidad.

Nada más marcharse Antic, Sandro Rosell mantenía una reunión de aproximadamente una hora con el representante del técnico holandés Frank Rijkaard, en la que habría ultimado el contrato de éste como entrenador para la próxima temporada. El propio Rijkaard llegó al mediodía al aeropuerto de El Prat para participar en el tramo final de negociaciones y pasadas las 18:30 horas era presentado en sociedad como nuevo entrenador del Barcelona para las próximas cuatro temporadas, con un contrato en el que cobrará una cantidad fija y otra variable en función de los objetivos cumplidos.

Mientras Rosell negociaba por el mediodía con el representante de Rijkaard, Begiristain mantenía una reunión en el vestuario con la plantilla, para comunicarle a los jugadores la marcha del técnico, agradecerles el haber conseguido la clasificación para la Copa de la Uefa y citar a varios de ellos a posteriores negociaciones sobre su situación. Pero la jornada proseguía en medio de una actividad frenética, ya que mientras Joan Laporta asistía a la presentación de las nuevas camisetas del club, Rosell y Begisristain se trasladaban al Hotel Juan Carlos I, en el que habían citado a varios jugadores y, previsiblemente a Rijkaard.