Ferrero ha entrado en esta última parte del torneo por primera
vez. Pero su ambición por conquistar el puesto de número uno es tan
grande que ni el cansancio acumulado, ni la falta de preparación
parecen haber mermado la calidad que demostró hace ahora tres
semanas en París.
Tras dejar en la cuneta a los franceses Jean Rene Lisnard y
Nicolas Escudé, y luego al armenio Sargis Sargsian, ya ha mejorado
su actuación del año pasado. Lleva diez victorias consecutivas y
cada vez más su juego en la hierba se va adaptando a sus golpes
precisos desde el fondo.
Cuenta también con una gran ventaja, la superficie inglesa ha
cambiado en los últimos años, es una hierba algo más tupida y por
eso más lenta. Y Ferrero sabe sacar partido de esa ventaja, tal y
como le sucedió al argentino David Nalbandian el pasado año.
No pierde además el ojo sobre lo que haga Andre Agassi. Sabe que
un pinchazo del de Las Vegas le colocaría en disposición de
arrebatarle el puesto de número uno del mundo. Pero tampoco tiene
prisa. «El año es muy largo y en cualquier momento sé que si sigo
así de regular tendré mi ocasión», dijo.
Para Feliciano López figurar en octavos no es nada nuevo. Ya lo
hizo el pasado año donde se dio cuenta que su juego de saque-red y
su condición de zurdo hace mucho daño aquí. Ha ganado tres
partidos, al estadounidense Robert Kendrick, al ruso Mijail Yuznhy
y al brasileño Flavio Saretta y no ha cedido un solo set. Cuenta
Feliciano con una gran virtud. Puede jugar mal, pero su servicio y
el resto, que ha mejorado mucho con su entrenador Francis Roig, le
sacan de apuros. En total lleva ya 50 «aces», pero es que solo ha
perdido una vez su saque en esos tres duelos, contra Saretta.
Ahora se mide por primera vez con el suizo Roger Federer, quizás
con el americano Andy Roddick, el que mejor se adapta a la hierba
aquí este año. Y no tiene miedo. «Sé que es un gran jugador pero
también tiene altibajos y yo debo aprovechar alguno de ellos para
intentar ganar mis opciones», dijo. Jugará además en la pista dos,
la conocida como «Cementerio de elefantes», porque ahí se han dado
las derrotas más sonadas de los favoritos y Federer es en este caso
el protagonista.
Tras la sorpresiva salida del defensor del título, Hewitt ante
el croata Ivo Karlovic, el hombre más alto que ha jugado nunca en
Wimbledon (2,08 metros), el cuadro solo conserva a diez de sus 36
cabezas de serie, pero entre ellos se encuentran siete de los diez
mejores.
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