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Miguel Luengo|LONDRES
El tenis español luce en Londres, con Juan Carlos Ferrero y Feliciano López incrustados entre los 16 últimos de este Grand Slam y con ambiciones de sobra para proseguir su aventura en las praderas inglesas. Son los únicos que han logrado unir sus nombres en Wimbledon, donde se han necesitado casi 40 años para que dos españoles llegaran a la vez a los octavos (Manuel Santana y José Luis Arilla en 1963 y 1964).

Ferrero ha entrado en esta última parte del torneo por primera vez. Pero su ambición por conquistar el puesto de número uno es tan grande que ni el cansancio acumulado, ni la falta de preparación parecen haber mermado la calidad que demostró hace ahora tres semanas en París.

Tras dejar en la cuneta a los franceses Jean Rene Lisnard y Nicolas Escudé, y luego al armenio Sargis Sargsian, ya ha mejorado su actuación del año pasado. Lleva diez victorias consecutivas y cada vez más su juego en la hierba se va adaptando a sus golpes precisos desde el fondo.

Cuenta también con una gran ventaja, la superficie inglesa ha cambiado en los últimos años, es una hierba algo más tupida y por eso más lenta. Y Ferrero sabe sacar partido de esa ventaja, tal y como le sucedió al argentino David Nalbandian el pasado año.

No pierde además el ojo sobre lo que haga Andre Agassi. Sabe que un pinchazo del de Las Vegas le colocaría en disposición de arrebatarle el puesto de número uno del mundo. Pero tampoco tiene prisa. «El año es muy largo y en cualquier momento sé que si sigo así de regular tendré mi ocasión», dijo.

Para Feliciano López figurar en octavos no es nada nuevo. Ya lo hizo el pasado año donde se dio cuenta que su juego de saque-red y su condición de zurdo hace mucho daño aquí. Ha ganado tres partidos, al estadounidense Robert Kendrick, al ruso Mijail Yuznhy y al brasileño Flavio Saretta y no ha cedido un solo set. Cuenta Feliciano con una gran virtud. Puede jugar mal, pero su servicio y el resto, que ha mejorado mucho con su entrenador Francis Roig, le sacan de apuros. En total lleva ya 50 «aces», pero es que solo ha perdido una vez su saque en esos tres duelos, contra Saretta.

Ahora se mide por primera vez con el suizo Roger Federer, quizás con el americano Andy Roddick, el que mejor se adapta a la hierba aquí este año. Y no tiene miedo. «Sé que es un gran jugador pero también tiene altibajos y yo debo aprovechar alguno de ellos para intentar ganar mis opciones», dijo. Jugará además en la pista dos, la conocida como «Cementerio de elefantes», porque ahí se han dado las derrotas más sonadas de los favoritos y Federer es en este caso el protagonista.

Tras la sorpresiva salida del defensor del título, Hewitt ante el croata Ivo Karlovic, el hombre más alto que ha jugado nunca en Wimbledon (2,08 metros), el cuadro solo conserva a diez de sus 36 cabezas de serie, pero entre ellos se encuentran siete de los diez mejores.