Samuel Etoo exhibe la Copa del Rey desde el balcón de Cort. Foto:TOMAS MONSERRAT

TW
0

Un servicio de Riera con tiro de Etoo y un derechazo del camerunés enviaron directamente al Mallorca al espacio reservado para los privilegiados. La final de los pobres acabó siendo la final de los nombres propios, esos que ayer fueron aclamados en en Consolat. Que si un grito para Ibagaza, que si una ovación para Leo Franco, que si el cariño para Etoo. Todo el mundo esperaba la aparición por la Isla del delantero africano, que regresó a tiempo para irrumpir en los fastos del club, en los distintos tributos que las instituciones le rindieron ayer a plantilla, cuerpo técnico y directivos. El grupo de Manzano se citó con los políticos y con todos aquellos aficionados que insistían en aclamarles, en agradecerles las horas de sueño perdidas en el viaje en barco, o las esperas en el aeropuerto; todo había valido la pena, porque el triunfo le había devuelto la vida al mallorquinismo.

Previamente, Jaume Matas había recibido a la plantilla en el interior del Consolat y les había entregado una placa «en agradecimiento por un momento inolvidable, por hacer entrar al Mallorca en la historia por la puerta grande». Mateu Alemany correspondió a las palabras del nuevo presidente del Govern diciendo que era una Copa «de todos los mallorquines, no sólo de los mallorquines» y recordando la figura de Antonio Asensio Pizarro. Luego, ante los hinchas, el presidente quiso agradecer el esfuerzo de todos «los que viajaron, los que vieron el partido por la televisión y los que nos recibieron en el aeropuerto y en la Plaza de las Tortugas». Asensio Mosbah también tuvo unas palabras para la afición: «Quiero agradecer el apoyo que nos habéis mostrado durante toda la temporada; esta Copa también es vuestra», significó.

Pero este título, esta Copa, este ingreso en la UEFA, tiene la firma de Samuel Etoo. Y así lo reconocieron todos, desde Jaume Matas, hasta Asensio Mosbah, que también estuvo presente en la recepción del nuevo Govern balear. Todos se rompieron en elogios hacia el mejor exponente del Mallorca en los últimos años. Era su fiesta, y así lo entendieron todos, pero sobre todo él: «Valencia, atiende, Etoo no se vende», jaleaban los aficionados concentrados en el Consolat. El delantero agarró el micrófono y se paseó a lo largo del balcón invitando a la plantilla a dirigirse a la hinchada, abriendo un gran turno de agradecimientos. Primero él, que animó a todos a saborear el título: «Vosotros, todos mis compañeros y yo hemos hecho lo que debíamos hacer esta temporada, que era ganar la Copa. Ahora toca disfrutarla». Samuel Etoo hizo enloquecer a los 2.000 aficionados que se concentraron en el Paseo Marítimo cuando dijo que «no va a ser la última» que iban a conseguir.