Un prólogo que tuvo por escenario la emblemática Torre Eiffel de
París y como llegada la no menos majestuosa avenida de Motte
Picquet. Un lugar bucólico que descentró a muchos de los aspirantes
a esa primera camiseta, especialmente a Lance Armstrong y al
colombiano Santiago Botero, actual campeón del mundo de
contrarreloj individual.
Los primeros 6,5 kilómetros fueron recorridos por el flamante
primer líder del Tour Bradley McGee en 7 minutos, 26 segundos y 160
milésimas; mientras el británico David Millar era segundo igualado
a minutos y segundos pero con 80 milésimas más que el ciclista de
las antípodas, como consecuencia de un percance con la cadena de su
bicicleta cuando ya veía la línea de meta.
En la tercera posición quedaba ubicado una de las figuras del
día, el español Haimar Zubeldía (Euskaltel Euskadi) a 2 segundos.
Armstrong hacía séptimo a siete segundos y Botero el noveno a nueve
segundos, diferencias que dejan a las clara que no tuvieron su día,
pues aunque entre los primeros estuvieron todos los especialistas,
menos el australiano Michael Rogers, en su caso no quedar entre los
tres primeros es un pequeño lunar. Quizás se recrearon en el
paisaje.
Al que no despistó tanto arte y cultura fue al español Haimar
Zubeldia (Euskaltel Euskadi), pues su registro de 7 minutos y 28
fue la marca a batir durante casi dos horas. Una de las
revelaciones del prólogo, pero ninguna sorpresa, pues cuando se
encuentra bien es uno de los mejores en esa complicada modalidad
ciclista y en esta ocasión la tuvo.
Tampoco lo hizo nada mal Joseba Beloki (ONCE Eroski), segundo en
la pasada edición. El español apretó los dientes de principio a fin
de esos 6,5 kilómetros y lograba un acoplamiento perfecto sobre su
bicicleta lo que le permitió situarse inmediatamente detrás de
Armstrong a nueve segundos.
Un comienzo de carrera muy igualado por las mínimas diferencias
entre los que parten como candidatos al podio final y un tanto
sorprendente por el triunfo de McGee, un corredor que se defiende
perfectamente en la pista en la que ha conseguido importantes
triunfos, pero que en la carretera no termina de aplicar a tope su
sabiduría y fuerza.
Así un prólogo en el cual Armstrong no pudo conseguir su
objetivo de comenzar vestido con la prenda que terminó el pasado
año, pues se le colaron varios corredores y con ello no logró su
objetivo, que no era otro que llevarse esa histórica camiseta.
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