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El tiempo toca a su fin y las últimas horas que dio de margen el Grupo Zeta para que los empresarios de Mallorca tomaran parte de la ampliación de capital ha expirado sin que haya una respuesta positiva. Los principales empresarios han declinado, hasta la fecha, entrar en el club, mientras que, principalmente por cuestión de tiempo, otros posibles inversores no tan potentes, pero cuya disposición es la de ayudar económicamente al club, están a la espera de que alguien dé el primer paso o incluso de recibir una información más sólida respecto a la operación que promovió la cúpula del Mallorca quince días antes de la final de Copa.

El estancamiento en el que ha entrado esta ampliación de capital motiva que las especulaciones en torno a posibles inversores de la Península o del extranjero vayan en aumento. No obstante, el interés más sólido proviene de un grupo hotelero de la zona alicantina cuya intención es la de adquirir el club y trasladarlo a la ciudad levantina. El Mallorca no ha entablado negociaciones con este grupo, pero sabe de la idea de este grupo de hoteleros.

La entidad balear está ahora abierta a cualquier ofrecimiento, aunque el primer paso que se dará será el de intentar sufragar la deuda que hay en estos momentos con la plantilla. La única manera de hacerlo es afrontar toda una serie de traspasos a fin de ingresar una cantidad aproximada a los doce millones de euros, que serán destinados a liquidar las cantidades que deben recibir los futbolistas.