El Real Mallorca ha puesto día y hora para dar por finalizada la
primera fase de la operación de ampliación de capital y que estaba
destinada a dar una oportunidad a los empresarios de la Isla para
que tomaran el control del 80% de las acciones del club.
Después de continuas reuniones y contactos al más alto nivel, la
respuesta del capital de la Isla no se ha formalizado y los
ejecutivos del Mallorca han decidido concluir este primer plazo el
viernes por la noche. Quiere esto decir que, a partir del sábado a
las 00:00 horas, el Real Mallorca SAD estará definitivamente en el
mercado al alcance del mejor postor.
El presidente del club, Mateu Alemany, no pierde la esperanza y
confía en que las conversaciones mantenidas durante este último mes
finalicen con el agrupamiento de varios empresarios cuya aportación
económica permita que el capital social mayoritario sea de la
Isla.
Recurrir a un comprador extranjero o peninsular es algo que se hará
si no queda más remedio, pero no es precisamente lo que gusta en el
club. En estos momentos, de los supuestos ofrecimientos que han
llegado, sólo dos tienen solidez suficiente como para que se les
preste atención. El Mallorca, en estos momentos, únicamente está en
disposición de atender dos propuestas sólidas, la que realizó el
empresario mexicano, Jorge Vergara y la de un grupo árabe que, a
través de intermediarios, se ha dirigido al Grupo Zeta para
hacerles llegar su interés por afrontar una posible compra del
club. Este bautizado «Plan B» tampoco es fácil de ejecutar. Primero
porque todo son simples tratados de intenciones sin confirmar.
Segundo, porque nadie se ha visto las caras y tercero tampoco se
asegura que estos posibles salvadores de la entidad vengan con el
dinero suficiente para hacerse con el capital mayoritario del club
y apostar por un proyecto sólido. Hay muchas incógnitas detrás de
estos ofrecimientos y de cada día que pasa y el capital social no
es tomado por los empresarios mallorquines, el club se ve
predestinado a pasar a la acción de manera inmediata.
Es decir, vender todas sus estrellas y adecuar su presupuesto al
de un club predestinado al descenso de categoría. En la jornada de
ayer el asesor financiero del Mallorca y subdirector general de
Bancaja, Ramón Rosselló, continuó manteniendo reuniones importantes
a fin de condensar más apoyo y, sobre todo, lograr un firme
compromiso por parte de los capitalistas de la Isla de que, en 48
horas, darán el paso definitivo a fin de poder anunciar la próxima
semana que el Mallorca volverá a ser mayoritariamente de los
mallorquines. La esperanza se mantiene en las oficinas de Son Moix
así como la prudencia. Las declaraciones se miden al milímetro y lo
mejor ahora es el silencio y el trabajo. Hoy, la apuesta de Alemany
es que todavía hay esperanzas. El límite son 48 horas.
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