Mateu Alemany y Jaume Matas, en una imagen captada con motivo de la celebaración del título de Copa.

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El Real Mallorca ha entrado en al fase más determinante de la operación de ampliación de capital en la que está inmerso. A estas alturas se ha sobrepasado la fecha límite y tras varias semanas en las que el pesimismo ha ido alternándose con las buenas noticias y viceversa, las última gestiones realizadas tanto por los ejecutivos de la entidad como por el president Jaume Matas, hacen que el moderado optimismo se haya vuelto a instalar en el entorno del club balear. Si el Grupo Zeta no se precipita y finiquita la operación por su cuenta, hay posibilidades de que el 80% de las acciones del Real Mallorca SAD sean adquiridas por capital mallorquín. La prudencia es total en el Mallorca y lo mejor ahora es mantenerse en silencio y esperar a que las gestiones se cierren a más tardar mañana mismo. Pese a que se ha venido manifestando durante estos últimos días que el límite estaba superado y que no había ya tiempo material para que el capital social mayoritario fuera de la Isla, ahora se ha dado una vuelta más de tuerca a la situación y, a día de hoy, hay un número importante de posibilidades de que el club retorne a manos mallorquinas.

¿Qué ha pasado estas últimas horas para que reine hoy por hoy un prudente optimismo? Primero hay que destacar que las conversaciones con los empresarios están finiquitadas y resta unificar esfuerzos, agrupar a los implicados en la operación y anunciar que, entre todos, se ha conseguido llegar a los 24 millones de euros, cantidad fijada para hacer efectiva la ampliación de capital. Además del trabajo de establecer contactos llevado a cabo por el presidente Mateu Alemany, el gerente Pere Terrassa y el subdirector general de Bancaixa, Ramón Rosselló, otro factor que estos últimos días está siendo clave es la implicación total del president del Govern, Jaume Matas en todo esta operación. El responsable del ejecutivo balear, se ha tomado como «algo personal», según manifestó a este rotativo una persona de su confianza, el hecho de tratar que el club pase a manos de la gente de Mallorca.

El trabajo llevado a cabo por Matas está dando sus frutos pero hay un problema que puede ser insalvable tanto para los ejecutivos de la entidad, como para el propio president, y es que la propiedad, es decir, el Grupo Zeta, no otorgue una mínima prórroga más al club para que pueda dar carpetazo a la situación. Si los máximos accionistas no toman la salida más fácil que pasa por vender al mejor postor, entonces hay serias opciones de que el trabajo llevado a cabo por Jaume Matas por una parte, y por otra por Alemany y su equipo, pueda tener el final deseado. Aunque pueda sonar a algo ya repetitivo, lo cierto y real es que hoy el Mallorca está viviendo la horas más definitivas de esta operación y su futuro está en juego a falta de una semana para empezar la pretemporada.