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El Real Mallorca espera poder concretar antes del viernes la ampliación de capital y confía en poder anunciar tanto al Grupo Zeta como también a sus aficionados que la operación se ha podido cubrir con capital de la Isla. La operación está trazada y el llamado «plan de salvación» está trazado en sus líneas maestras y ahora se ha entrado en la fase final. El club intentará que la propiedad mantenga la «tregua» de no vender ahora al mejor postor y espere el margen de tiempo solicitado por el club para unificar las aportaciones de unos y otros.

El presidente del Govern Balear, Jaume Matas, está implicando al máximo en esta operación y cuando peor estaba la situación tomó parte directa en las negociaciones e invitó a todos los ejecutivos del Mallorca a que no arrojasen la toalla ni bajasen los brazos. Sus contactos y su capacidad de implicar a los empresarios es fundamental y en estos momentos parte de su funciones son las de intentar que el capital social isleño se organice y tome parte directa en una ampliación que ya esta tomando tintes «históricos». En el club siguen manteniendo a cabo gestiones que llevan a la extenuación a sus ejecutivos pero nadie desiste de la posibilidad de anunciar entre hoy y mañana que el club vuelve a manos de los mallorquines. Se lucha contra el tiempo, pero el moderado optimismo es la tónica predominante en el entorno bermellón.

En principio el club recibirá varias aportaciones, unas llegarán desde el sector de los empresarios más poderosos de la Isla y otras del resto también de importantes promotores inmobiliarios o empresarios dedicados al sector turístico de Mallorca. A estas aportaciones cuya cantidad sumada se confía que alcance los veinte millones de euros, hay que unir las cantidades que pueden llegar provenientes de la aprobación del nuevo contrato de televisión y que si finalmente se lleva adelante sin más problemas, supondrá un balón de oxígeno muy importante para el club desde el punto de vista económico.