TW
0
Real Mallorca 3
Rayo Vallecano 1

REAL MALLORCA: Tudela (**), Manresa (**), Andrés (**), José (**), Rigo (**), Raúl (**), Carmona (***), César (***), Víctor (***), Martí (**) y Giménez (**).
Cambios: Oliver (*) por Raúl; De la Oliva (*) por César, Guiem (*) por Víctor y Chus (*) por Giménez.

RAYO VALLECANO: Cristian (*), Amores (*), Tito (-), Alba (*), David (-), Robledo (*), Borja Truchado (*), Durán (**), Brotón (*), Nevado (*) y Koke (*).
Cambios: Sedano (*) por Tito; Cuadros (*) por Borja Truchado y Camacho (*) por Durán.

Àrbitro: Antón Rodríguez (**). Sin complicaciones. Amonestó a los locales Andrés, Rigo y César y a los visitantes Alba, Durán y Brotón.

Goles:
1-0, minuto 1, Víctor.
1-1, minuto 19, Brotón de penalti.
2-1, minuto 24, Víctor.
3-1, minuto 36, César.

Carlos Román

El Mallorca comparece en el grupo central de la División de Honor juvenil sin inmutarse y bajo las mismas directrices de las últimas temporadas, logrando una victoria autoritaria sobre un rival teóricamente incómodo y aireando momentos de gran fútbol para presentar su candidatura en la competición.

El equipo dirigido por Paco Navarrete empezó el curso de manera apabullante y en el primer minuto su línea de creación ya había perforado la defensa franjirroja para encontrar a Víctor. El punta alojó el balón en la red tras esquivar la salida de Cristian y la maquinaria rojilla empezaba a calentar motores.

Los minutos siguientes transcurrieron bajo un rotundo dominio local y los baleares pudieron aumentar su renta antes de que el Rayo se desperezara de mitad de campo hacia adelante. Los madrileños lo hicieron tímidamente y en dos acciones puntuales, pero en una de ellas arañaron un valioso penalti que Brotón utilizó para estrechar el encuentro.

Fue sólo algo aislado. El Mallorca, espoleado por el marcador, volvió a sentar las bases de su juego en la última línea y elaboró una acción casi clónica a la del primer tanto que reflejó un idéntico final.

Deseoso de seguir engordando sus números el cuadro rojillo mantuvo pisado el acelerador hasta que César cerró la cuenta en otro destello de clase.
LO MEJOR: La superioridad local
LO PEOR: Nada