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Al Drac Inca le ha llegado la hora de la verdad. Los de Sastre abren el curso regular (21 horas) en Melilla, con la clara intención de justificar las ilusiones generadas con un triunfo que ratifique su condición de equipo a seguir. No en vano, el equipo de es Raiguer ha firmado una de las mejores pretemporadas de la LEB, con un balance favorable de 7-1 y ha demostrado que su juego puede ser letal.

El panorama ha cambiado, y el Drac Inca se autoexige una victoria como aval. Comenzar con buen pie sería un buen estímulo para la plantilla y la afición. Para ello, se seguirá de cerca la evolución sobre la pista de los Young, Johnson, Ibarra, Ezugwu o Bustamante. En sus manos está buena parte del devenir del Drac Inca, que se enfrenta a un rival salvado por la campana en los despachos.

Para la cita en tierras norteafricanas, Sastre dispone de todos sus efectivos. Otro de los objetivos es poner punto y final a la reciente serie de malos inicios de temporada. No en vano, Drac Inca no sabe lo que es ganar el primer partido de Liga desde el curso 99/00, cuando se impuso al Granada en el Palau (69-67). Pero este encuentro está lleno de peculiaridades, pues esta noche se verán las caras los dos únicos conjuntos que han militado en la LEB desde el momento de su creación. Y fue en Melilla, donde Xavi Sastre debutó el pasado curso al frente del banquillo del Drac Inca. También en la memoria de los buenos aficionados está presente la apabullante victoria (57-97) lograda con Paco Olmos al mando de la pizarra balear.