En el otro bando, Gregorio Manzano, dijo que la victoria contra su
antiguo equipo no le produjo ninguna satisfacción especial, porque
no considera que haya vencido de forma particular a Luis Aragonés.
«No he tenido ninguna satisfacción especial. Ya dije que durante la
semana no se había hablado de fútbol y que me gustaría que ahora sí
se hiciese. Por eso, no considero que el resultado haya sido
Manzano 1 - Aragonés 0. Si Dios quiere nos volveremos a enfrentar y
no habrá nada más», afirmó.
«La primera parte ha sido bastante igualada y, aunque en la
segunda dominaron, las ocasiones claras las tuvimos nosotros. Hemos
llegado cuatro veces, y una le ha dado al «Mono» en las piernas,
otra la ha fallado Stankovic... Al final, perdimos por una falta,
cuando ellos casi no crearon ninguna ocasión. Por oportunidades, el
partido tenía que haber sido nuestro», indicó.
El técnico mallorquinista afirmó que reconoció que «perder
siempre duele, pero cuando puedes ponerte por delante y encima
recibes el gol en el último minuto, duele más. La falta no se ni
como ha venido, pero ha sido habilidad de Jorge que ha lanzado la
falta muy bien, pero no es algo especial, porque en el fútbol he
visto eso muchas veces y cada semana podemos comprobarlo. Me ha
pasado mil veces y en todos los campos del mundo» añadió.
Preguntado acerca de su adversario, el preparador balear destacó
que «en el centro del campo teníamos tres hombres contra dos y
podíamos ser dueños de esa parcela, pero el Atlético tiene
jugadores importantes y lo sabíamos, pero hemos tenido más
ocasiones que ellos. Sin embargo, para machacar a un equipo, si
llegas cuatro veces tienes que marcar dos», explicó. «Lo bueno es
el trabajo que han hecho los futbolistas, aunque debemos mejorar
bastante. La primera línea de presión hemos estado muy atrás».
Sin duda uno de los puntos más calientes de la jornadas era
observar cuál era el recibimiento con el que la grada obsequiaba al
veterano entrenador. En ese sentido, Luis declaró que «no me he
enterado. Habrá quien hay gritado y quien no, pero no creo que se
haya dado ningún recibimiento especial».
El técnico de Bailén, no obstante, admitió que la victoria
significa «algo más que tres puntos. Para nosotros era un partido
vital, porque necesitábamos el triunfo para que los jugadores vean
que el trabajo da su fruto. Los tres puntos nos sacan de la zona
roja, estamos en una situación complicada, pero vemos el futuro de
otra forma», señaló.
Destacó igualmente que imponerse en el último minuto siempre
deja un regusto especial tanto al futbolista como al aficionado.
«Es bueno, porque esa sensación queda en caliente en el vestuario
y, sobre todo, se la lleva el aficionado, al que todavía le debemos
algunas», opinó.
El entrenador del Atlético de Madrid aseguró que no le importa
que todos los goles de su equipo se produzcan a balón parado. «Si
marcamos todos los tantos de faltas y acabamos con 63 puntos me
daré por satisfecho, pero siempre estamos poniendo peros a las
victorias, en vez de disfrutarlas», agregó.
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