Sorpresa y lamentos. Esta fue la reacción de una porción importante
del consejo de administración del Real Mallorca SAD la decisión del
accionista mayoritario, Bartomeu Cursach, de poner a la venta su
participación en el club. La mayoría de los consejeros de la
entidad conocieron el anuncio oficial del empresario, que ofreció
una rueda de prensa al mediodía de ayer, a través de este periódico
y todos ellos reaccionaron con sorpresa.
Miquel Dalmau, presidente de la entidad a comienzos de la década
de los 90 y actual accionista y consejero, se mostró sorprendido
por la decisión de Bartomeu Cursach. «Me coges de sorpresa. Dar una
opinión es complicado porque es un tema tan personal e
intransferible que nadie debería entrar a valorar porque tampoco
opiné cuando la pasada campaña prestó una cantidad de dinero que
salvó la temporada y que supuso el pilar de la posterior compra»,
indicó Dalmau.
El médico, que durante el verano del 92 lideró la conversión del
Mallorca en Sociedad Anónima Deportiva, respeta la decisión de
Cursach: «Me sabe muy mal que no pueda seguir. Desde su
mallorquinismo, sólo hay que estarle agradecido porque ha hecho un
gran esfuerzo por este club. Ha demostrado con creces su amor a
estos colores». Dalmau comprende a Cursach porque «yo sé lo que es
eso. Estoy seguro que habrá tomado la decisión a su pesar porque es
un gran mallorquinista». El doctor le muestra su apoyo porque
«primero está la persona». Dalmau no cree que la decisión de
Cursach pueda afectar a la entidad: «No creo que este hecho
interfiera porque Tolo no lo hubiera hecho en ese caso. Estoy
convencido que si él hubiera sospechado que esta decisión podría
desestabilizar al club, no la hubiese tomado».
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