El Mallorca azotó al líder en el momento más imprevisible. El
grupo de Luis Aragonés ofreció su mejor versión ante el líder del
campeonato y en un estadio donde jamás había logrado la victoria en
Liga. Un planteamiento perfecto y dos zarpazos de Samuel Etoo, de
penalti, y Arnold Bruggink le dieron a la escuadra balear tres
puntos terapéuticos que refuerzan su moral antes de medirse el
domingo al Valencia.
El Mallorca salió a contener el caudal gallego y le dejó el
timón al Depor. Víctor y Valerón se asociaron y firmaron los
primeros sustos: un centro de Luque que no encontró a nadie, un
disparo pícaro de Víctor que despejó Leo, un trallazo de Sergio que
casi rompe a Niño. Pero Luis miró el reloj, desató el corsé y los
puso a jugar. Con el primer cuarto de hora cumplido, el Mallorca
presionó con orden, ocupó las bandas con sentido y siempre en
superioridad gracias al buen trabajo de laterales y volantes.
El doble pivote se juntó más para atar a Valerón en defensa y
mover a sus compañeros en ataque; Etoo volvió loco a Duscher y
Stankovic dejó en evidencia a Manuel Pablo. Capítulo aparte merece
el gran encuentro de Nagore. Asumió el mando de las operaciones con
criterio y templanza, taponó las internadas de Sergio y siempre
ayudó al compañero en apuros. El Mallorca comenzó a disfrutar,
tocar y elaborar sin prisa. Sin miedo. Gustándose ante un Depor
tocado que tragó saliva para mantenerse con vida en el marcador.
Stankovic cargó con la responsabilidad ofensiva y de su prodigiosa
zurda salió pólvora, en especial cuando a la media hora conectó un
disparo que repelió la escuadra, tras rozar Manuel Pablo.
Los jugadores se olvidaron las pizarras y filmaron un último
cuarto de hora de ida y vuelta, eléctrico: Etoo casi sorprende a
Molina, Sergio llegó tarde a un servicio de Luque y remató al
exterior de la red, Víctor probó a Franco y Luque, sin ángulo, se
inventó un centro-chut que escupió la escuadra. El Mallorca se
marchó al descanso con los deberes casi hechos y con un empate en
los bolsillos. No sólo eso, había convertido en invisible a Valerón
y en inservible a Diego Tristán, un futbolista tan genial como
intermitente que no encontró nunca su sitio y que a la hora de
encuentro ya se estaba duchando.
La reanudación marcó un rumbo similar y la primera ocasión fue
indígena. Luque tomó un balón en su banda, preparó la rosca y
conectó un pase a Diego Tristán que el sevillano tiró a la basura
con un remate infame. Al Dépor le entraron prisas, estiró líneas y
adelantó su defensa casi en el centro del campo. El Mallorca apostó
por la contra, pero el descuido de Correa y los errores del
asistente frenaron cualquier atisbo. En estas estaba el partido,
con el Depor apretando y el Mallorca protegiendo, cuando Romero
agarró a Correa, Téllez señaló el punto de cal y Etoo no falló.
Bruggink apuntilló con una vaselina.
Por fin. El Mallorca rompió ayer el maleficio que le perseguía
en sus visitas al estadio de Riazor y firmó la primera victoria de
su Historia en este estadio en partido de Primera División. Aunque
jamás había amarrado los tres puntos, lo cierto es que los
desplazamientos a Coruña suelen desembocar en algún punto. Así, en
sus últimas visitas el Mallorca había arañado algún empate, con la
excepción del 5-0 de hace dos temporadas. La pasada campaña, por
cierto, venció 2-3 en la semifinal de la Copa del Rey y empató 2-2
en la Liga en un partido mardcado por las lesión de Olaizola.
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