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El culebrón Juan José Serrizuela vivió ayer su último capítulo. El futbolista argentino y el Real Mallorca firmaron la rescisión de su contrato, que expiraba el próximo 30 de junio, gracias al acuerdo alcanzado al mediodía entre el presidente de la entidad, Mateo Alemany, y el abogado del jugador, José Plaza. Alemany y Plaza mantuvieron una reunión que desembocó en el final deseado por ambas partes y que evitó un litigio en los tribunales.

Y es que Serrizuela se levantó ayer con la intención de presentar una nueva demanda, que hubiera supuesto la tercera, al Real Mallorca. El futbolista, acompañado por su esposa, que se encuentra embarazada, y por su abogado se dirigió a Magistratura de Trabajo, en concreto al servicio de Mediación y Arbitraje, con el propósito de presentar una demanda de reclamación. Según el futbolista, de 26 años, el club bermellón le adeudaba «49.000 dólares desde hace 3 años y lo que llevamos de temporada». Su abogado, no obstante, optó por arreglar la situación personalmente con el presidente. Las negociaciones entre ambos acabaron en la rescisión de contrato del jugador después de que ambas partes cedieran en el aspecto económico.

El jugador argentino se mostraba satisfecho por este final porque «ya no aguantaba más. Ahora mi objetivo es regresar a mi país para recuperarme (fue operado del cuádriceps y estará de baja hasta marzo) lo antes posible y volver a jugar». Serrizuela considera que «no me merecía este trato ni como jugador ni como persona» y lamenta la actitud de la entidad. «Yo nunca les he dado ningún problema y ellos, en cambio, no sólo no me pagan sino que se han desentendido de mi situación. Cada día acudía a la Ciudad Deportiva para hacer rehabilitación y tenía que pagar los 30 euros del taxi de mi bolsillo porque el Mallorca sólo me abona el alquiler del piso. Ni siquiera tengo auto, a pesar de que figura en el contrato».