El Mallorca toma cuerpo. El grupo de Luis tumbó ayer a una Real
Sociedad blanda en el primer tiempo que despertó tras el descanso
encerrando al grupo isleño en su área y forzándoles a suplicar la
hora. El gol de Etoo confirma los progresos de un equipo que camina
rumbo a la tranquilidad a una velocidad crucero y que por primera
vez encadena dos victorias ligueras de forma consecutivas. El
Mallorca se enchunfó al partido desde el primer minuto. Los cuatro
de fondo alejados de Leo Franco, Nagore fijando el bloque, un
cuartero por delante y la intimidación de Samuel Etoo arriba. El
grupo no sufría ante una Real Sociedad temblorosa y dubitativa.
Luis modificó el boceto original y metió en la arena a Nené por
Stankovic. El brasileño derramó estilo y fútbol. Cada balón que
tocó se convirtió en amenaza para el rival y en bendición para el
compañero. Una cabalgada suya propició la primera de una catarata
de ocasiones isleñas que culminaron con el gol. Nené le sacó los
colores a López Rekarte en una acción individual que culminó con un
mal remate de diestra. Casi sin tiempo, Samuel Etoo pidió su turno.
Westerveld y los defensas se hicieron un lío, el camerunés robó el
balón, pero su remate, de vaselina y escorado, salió rozando el
poste izquierdo.
Un minuto después, con la zaga temblando y Anoeta de uñas, llegó
el 0-1. Fue tras una jugada preparada con delicadeza y rematada con
contundencia. La sesión de triangulaciones y toque, que había
iniciado Nené, acabó en la otra banda, Campano centró, Correa mimó
el balón con un toque exquisito y Etoo aprovechó el agujero negro
para batir a Westerveld. La Real trató de engancharse al partido y
tumbó el campo a los costados. Un par de conexiones de Karpin y
López Rekarte le dieron trabajo a la defensa, principalmente a
Fernando Niño y Lussenhoff. El único disparo a puerta indígena del
primer tiempo llegó a los cuarenta minutos. Leo Franco despejó, el
balón el cayó a Nihat, cuyo disparo se estrelló en Lussenhoff.
Etoo tiró a la basura el segundo en la frontera del descanso. El
camerunés inició su carrera al galope, dejó a rivales en el suelo,
pero se le cerró la ventana cuando entró al área, con Campano y
Nené dispuestos para el remate. La Real abrió la segunda parte con
las garras afiladas. Gabilondo entró por un desafortunado De Pedro
y le dio más sentido al juego y más trabajo a Cortés. Xabi Alonso
se alejó de su sombra, Colsa, y la Real comenzó a tocar, a
combinar, a tratar con criterio el balón. Entonces, a la hora de
partido, Franco apareció en escena. El portero argentino taponó un
cabezazo a bocajarro de Kovacevic y una falta de Nihat. Pérez
Burrull encrespó a todos en un minutos de locos. Primero concedió
un córner que no era, en el remate Cortés despejó desde la misma
línea y puede que apoyándose en los brazos y en la siguiente acción
De Paula cayó en el área. Los últimos minutos se convirtieron en un
asedio del que el Mallorca salió bien parado.
Ni siquiera sus dos partidos como titular con la selección
uruguaya le han servido a Martín Ligüera para ganarse un puesto no
ya en el once, sino en la convocatoria del Real Mallorca. Y es que
el mediapunta charrúa, que se incorporó anteayer a la expedición
mallorquina tras cruzar el Atlántico, fue uno de los tres jugadores
descartados, junto a Alberto Cifuentes y el central Vicente.
Ligüera, cuyo futuro pende de un hilo si el club decide fichar a
Finidi, reconocía ayer a este periódico que le está costando
adaptarse, aunque espera no ser el extranjero descartado.
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