Los mejores números de Samuel Etoo

Metido en una dinámica ganadora desde que se inició el torneo, desde que se abrió el curso, el delantero camerunés se ha convertido en el mejor activo de la SAD balear. Lejos de las estridencias de temporadas anteriores, o de aquellos síntomas de debilidad que ofreció tras la derrota ante el FC Barcelona -cuando insinuó que su ciclo en el club se estaba agotando-, lo cierto es que Etoo es el eje sobre el que se apoya este Mallorca. Sea con Bruggink o formando sociedad con Correa, el atacante bermellón pasa por ser el futbolista más determinante de esta plantilla. Además, la llegada de Aragonés ha disparado sus números y, desde que apareció el técnico de Hortaleza, no hay partido en el que no ofrezca algo notable; marcó en el campo del Atlético de Madrid, fue el mejor de su equipo ante el Barça en una derrota dolorosa, abrió el triunfo en Riazor, mantuvo al Mallorca vivo en la humillación ante el Valencia y volvió a hacer diana ante Murcia y Real Sociedad.

Antes, ya había marcado en el estreno de la Liga en Santander, y luego ante el Zaragoza en el primer triunfo del campeonato, e incluso se había calzado los guantes para ejercer de portero en Bilbao, donde el equipo sufrió un accidente y Leo Franco acabó siendo expulsado. El jugador total.

Es Samuel Etoo un tipo acostumbrado a ganar, y por eso estalló tras la derrota ante el Barça. Hastiado de perder, no dudó en asegurar que su estancia en la Isla tenía fecha de caducidad, reclamando un equipo más competitivo y de paso unas mejoras en su salario. Aun así, la hinchada le aplaudió ante el Valencia una semana después, porque fue capaz de levantar a un equipo que perdía 0-2 y jugaba con un jugador menos, cuando estrelló un gran derechazo en la madera. Luego apareció Luis Aragonés, que apagó el fuego y aplazó cualquier debate sobre la marcha del camerunés hasta el próximo mes de junio, cuando acabe la Liga.

Es el futbolista del Mallorca que más atención concita dentro y fuera del campo, porque es indiscutible su calidad sobre la hierba y también su complicidad con la grada. Siempre hay un niño a su alrededor pidiéndole un autógrafo, o una sudadera, o una camiseta, o simplemente una sonrisa.