La segunda aventura de Jovan Stankovic en el Real Mallorca ha sido un fiasco. Foto: TOMÁS MONSERRAT

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Jovan Stankovic se siente estafado por el Mallorca y por Luis Aragonés. El jugador serbio todavía no acaba de asimilar que el club balear haya decidio retirarle la licencia federativa. Son, con diferencia, los momentos más duros de toda su carrera profesional. A pesar del gran varapalo que ha recibido, no pierde la ilusión y mira hacia adelante. Ante todo, tiene muy claro que quiere seguir en activo. Quiere demostrar que en el Mallorca no han sido justos con él.

-¿Ha asimilado ya la decisión que ha tomado el club de darle la baja?
-La verdad es que no me esperaba algo así. Me he llevado una sorpresa enorme. Hace veinte días hablé con Aragonés y me aseguró que contaba conmigo, que ahora en enero me daría partidos. Me dijo que estuviera tranquilo, que yo no sería el descartado. Estoy muy molesto, porque si me lo hubieran dicho hace un mes me hubiera buscado la vida, pero ahora, a estas alturas, es complicado encontrar equipo.

-¿Insinúa que se siente engañado?
-Claro que me siento engañado. Si hace veinte días el entrenador me dice una cosa y ahora me dice todo lo contrario, lo lógico es que me sienta engañado. En tan poco tiempo un técnico no puede cambiar la opinión que tiene sobre un futbolista. Esto me hace pensar que en esta decisión hay algo más, que no sólo es una cuestión técnica.

-Se supone que jamás pensó en una salida como esta.
-Nadie espera algo así. De todas formas, no es la primera vez que me hacen esto. Hace tres años, cuando me traspasaron al Marsella, ya tuve que salir por la puerta de atrás. Sinceramente, me parece que, después de todos los años que he pasado en este club, no merezco que me traten así. Pero el club es el que decide y no hay más.

-Usted llegó pocos días antes de que se iniciara la Liga con el cartel de refuerzo, pero la realidad ha sido distinta.
-No entiendo nada. Cuando contactaron conmigo este verano, todo eran prisas. Faltaban pocos días para la Supercopa y me dijeron que firmase ya, que no tenían a nadie para jugar por la izquierda y que se me fichaba para jugar. Y después resulta que no sirvo para nada. Fue un fichaje raro y prefiero no hablar mucho del tema.

-Considera entonces que el club se hizo con sus servicios simplemente para poder traspar a Novo al Atlético de Madrid?
-Yo creo que sí, que me metieron en la operación de relleno. Mi deseo era volver al Mallorca, porque llevo al club en el corazón y porque me aseguraron que me querían. Después la realidad ha sido otra, apenas se ha contado conmigo. De hecho, solamente he jugado un partido como titular. Fue en La Coruña, ante el Deportivo, ganamos y creo que jugué muy bien. Después, no entiendo por qué, Luis no volvió a darme una oportunidad, cuando creo que respondí de sobras.

-¿Por dónde pasa ahora su futuro?
-De momento, y hasta que llegue a un acuerdo con el club para rescindir el contrato, voy a seguir entrenando con mis compañeros, pues todavía soy jugador del Mallorca. Mi intención es seguir en activo y mi representante se está moviendo para encontrar equipo, aunque a estas alturas es un poco complicado. Lo que tengo claro es que quiero seguir jugando, en España o bien en el extranjero, aunque preferiría seguir aquí.

-Si continúa en España, puesto que ha jugado once partidos de Liga, no podría hacerlo en Primera.
-Lo sé, pero no se me van a caer los anillos por jugar en Segunda, ya lo he hecho y lo volvería a hacer. Para mí lo importante es sentirme bien y yo me siento bien cuando juego al fútbol, ya sea Primera, en Segunda o fuera de España.

-Parece que no piensa en colgar las botas.
-No. Mientras tenga ofertas voy a seguir jugando, hasta que el cuerpo me lo permita. Quiero aprovechar mi carrera al máximo. Siempre he jugado al fútbol, es lo que me llena y no sé hacer otra cosa.

-¿Qué le dice a la afición?
-A la afición sólo le puedo decir «gracias». Siempre han tenido un comportamiento maravilloso conmigo. Nunca olvidaré la ovación que recibí el día de mi vuelta, en la Supercopa, cuando salté al campo en la segunda mitad. Me han apoyado de manera incondicional, en los buenos y en los malos momentos. Me sabe mal no haber tenido la oportunidad de despedirme de ellos. Siempre los llevaré en el corazón, al igual que a esta ciudad. Estoy enamorado de Palma y de la isla en general. Cuando me retire, pienso vivir aquí.